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Tres jefes paramilitares intervienen en el Congreso colombiano

Mancuso califica su lucha de "epopeya"

En su primera y polémica intervención ante el Congreso, los paramilitares se comprometieron a adelantar un plan de erradicación de cultivos ilícitos (droga) y se echaron atrás en su amenaza de atentar contra los miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la principal guerrilla de Colombia, que sean liberados en un intercambio de secuestrados por guerrilleros encarcelados.

Iván Roberto Duque, alias Ernesto Báez, uno de los ideólogos históricos de los paramilitares, se explayó en la audiencia pública convocada por la Comisión de Paz de la Cámara baja. En un tono de persona fogueada en el terreno político, habló del narcotráfico como el motor del conflicto de Colombia y puso en el mismo costal a paras y guerrilla: "Nadie duda que en las zonas donde cada uno ejerce control se ostenta la potestad de intervenir en la siembra, recolección, procesamiento y control de corredores de transporte de drogas ilícitas".

Salvatore Mancuso -máximo comandante paramilitar- calificó a su organización como una autodefensa campesina víctima de los excesos de la guerrilla. En un tono mesurado, se presentó ante el país como un creyente en Dios que se vio envuelto en la guerra por culpa del terrorismo y del abandono del Estado. El tercer invitado al Congreso fue Ramón Isaza, un campesino de 64 años. Fundó un grupo de autodefensas en 1978 y tiene seis, de sus ocho hijos, como comandantes.

Los tres comandantes llegaron al recinto bien vestidos y rodeados de un impresionante operativo de seguridad. Al salón elíptico del Congreso, el mismo que sirvió de velatorio de dos dirigentes de izquierda asesinados por estos grupos de extrema derecha, asistieron como invitados más de 15 embajadores, ninguno de ellos europeo.

Mientras los líderes paras hablaban, afuera, en la plaza de Bolívar, se vivió la confrontación entre dos manifestaciones: los que apoyaban con gritos y pancartas la presencia paramilitar y los que la condenaban. No es un secreto que sin el apoyo de sectores sería imposible explicar el poder que hoy tienen estos grupos, ni se podría explicar la impunidad que cubre el exterminio de toda persona que, según los paras, oliera a comunismo.

El jefe paramilitar Salvatore Mancuso, en un momento de su intervención.
El jefe paramilitar Salvatore Mancuso, en un momento de su intervención.EFE

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