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La primera incineradora vasca estará a pleno funcionamiento en un mes

Zabalgarbi afirma que sólo generará un 3% de residuos peligrosos

La primera incineradora de basuras en Euskadi, la promovida por la empresa Zabalgarbi en Bilbao, empezará a funcionar plenamente en un mes, según sus responsables. La planta, que prevé generar el 10% del consumo de energía en Vizcaya, está en pruebas desde enero y en abril empezó a quemar basura. Zabalgarbi asegura que sólo se generarán un 3% de residuos con destino a vertederos.

La incineradora, que comenzó a construirse en septiembre de 2001, ha tenido un leve retraso en los plazos: se preveía su pleno funcionamiento para julio pero estará a "finales de agosto o principios de septiembre", aseguró ayer Juan Ignacio Unda, presidente de Zabalgarbi, la entidad que tiene un 57% de capital privado y un 43% de accionariado público.

La planta tratará anualmente cerca de 230.000 toneladas de basuras de casi todos los municipios vizcaínos -Bilbao y Getxo no están adheridos-, con lo que se generarán 730 gigawatios al año, el 10% de todo el consumo energético actual en Vizcaya. Unda dijo que el 19 de abril empezó a recibir basura y hasta ahora se han depositado casi 27.000 toneladas, de las que se han incinerado 18.900. El presidente de Zabalgarbi agregó que hoy arrancará la caldera principal de incineración "que ya no se detendrá" para quemar las 10.000 toneladas de basura acumuladas ahora en la planta. Zabalgarbi ha ido depositando residuos sin destruirlos como una prueba más, puesto que la planta está diseñada para funcionar 8.000 horas anuales pero con dos paradas de diez días cada una para labores de mantenimiento.

Los responsables destacaron ayer, en una visita a las instalaciones con los medios de comunicación, las mejoras medioambientales, como el hecho de que el foso que recibe la basura de las camiones está completamente cerrado, lo que evita la salida de malos olores; las inyecciones durante el proceso de amoniaco y carbón activo para reducir la generación de óxidos de nitrógenos y metales pesados o la recuperación, para la combustión, de parte de los gases que salen a la atmósfera. Unda recalcó que los únicos desechos peligrosos, las cenizas volantes y los desechos de tratamiento de gases, sólo suponen el 3 ó el 4% del total de la basura recibida y garantizó que se depositarán en vertederos, tras ser inertizados. Explicó que su tratamiento en la factoría, en compartimentos estancos, evita la salida al exterior.

Zabalgarbi calcula que obtendrá unos ingresos anuales -procedente del canon a los ayuntamientos por la basura y la venta de electricidad- de entre 42 y 48 millones, aunque precisó que la rentabilidad no es el principal objetivo. El canon de tratamiento se situará en 54 euros por toneladas, aunque puede reducirse en diez euros por la valorización de los envases de la basura.

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