Zapatero se distancia del Plan Baker y pide una nueva solución de la ONU para el Sáhara

Al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no se le puede acusar de que dice una cosa en Argelia y otra en Marruecos. Ayer se distanció en Argel del Plan Baker para el Sáhara, aceptado a regañadientes por el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, y por el Frente Polisario. Hace dos meses expresó la misma actitud ante el rey marroquí, Mohamed VI, que rechaza de plano esa vía de arreglo. Zapatero reclamó ayer también una nueva solución de la ONU que respete la autodeterminación saharaui. Pero no exigió un referéndum.

Zapatero declaró que cree haber encontrado "una comprensión favorable" sobre este tema entre sus interlocutores de este primer viaje de Estado a Argelia, una visita orientada a poner de manifiesto el interés estratégico del Gobierno socialista "por el área del Mediterráneo, y en particular por el Magreb", que supere los problemas derivados de las divergencias históricas entre los dos vecinos mayores de la región.

El ministro argelino de Asuntos Exteriores, Abdelaziz Beljadem, expresó respeto por la posición española, pero no ocultó las discordancias que plantea su Gobierno e incluso apeló al sentido de responsabilidad de Madrid frente a la tentación de formar un eje franco-español para presionar por una solución del conflicto.

"Hay en algún sitio una pequeña simpatía franco-española para ir en un sentido distinto al declarado en el Plan Baker. No juzgamos las posiciones de otros países, pero España tiene una responsabilidad particular, porque ha sido la potencia colonial y el problema del Sáhara es un problema de descolonización", dijo Beljadem.

Zapatero español explicó así a la prensa la posición sobre el contencioso que había expuesto a Buteflika, en el curso de unas cinco horas de conversaciones: "El Gobierno de España, está dispuesto a contribuir [a una solución en el Sáhara], respaldando el papel principal de la ONU y con la condición de que se llegue a un acuerdo entre las partes. El Gobierno de España no va a escatimar esfuerzos", añadió, con dos elementos básicos, "el liderazgo de la ONU y el acuerdo entre las partes".

Hasta aquí, la posición expresada ayer por Zapatero no es distinta a la de los Gobiernos precedentes. Tampoco lo es la recogida en el comunicado conjunto final. "Las dos partes han, por otro lado, reafirmado su adhesión a una solución justa y definitiva del conflicto del Sáhara Occidental en el marco de la legalidad internacional y de las resoluciones pertinentes de Naciones Unidas, en particular, de las resoluciones 1.495 y 1.541 del Consejo de Seguridad, que consagran el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui".

Las novedades empiezan cuando se le pregunta al jefe del Ejecutivo español si esa afirmación implica celebración de un referéndum de autodeterminación, que la ONU y los sucesivos Gobiernos españoles han venido promoviendo desde 1991. "Si alguien pretende condicionar la solución final, el proceso estará condicionado", respondió. "No prejuzguemos. Si vamos a dar a la ONU todo el peso (...) no es lo más adecuado decir cuál puede ser el resultado final".

En la misma lógica se sitúa el distanciamiento definitivo del último plan de la ONU, elaborado por el ex secretario de Estado estadounidense, James Baker, para la celebración de un referéndum de autodeterminación tras cinco años de autonomía del Sáhara en el seno de Marruecos. "No ha que estar sometido a lo que representa un plan en un momento dado, ni hay que descartarlo", aseguró. "España va a apoyar el plan del acuerdo , porque es el único que puede aportar una solución. Hay cosas positivas del Plan Baker que España defiende, y haremos esfuerzos para que estén presentes en el plan que tiene que hacer ahora la ONU", añadió.

Beljadem, único portavoz argelino que se manifestó sobre lo dicho por Zapatero, se mostró abierto a esta visión del último plan de la ONU, que Exteriores ha venido defendiendo, entre las visitas sucesivas del presidente a Marruecos y Argelia, con más firmeza que la que ayer empleó el jefe del Gobierno.

"No importa como se llame. Todo lo que consagre el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui es bienvenido, y si lo apoya el Polisario, lo apoyará Argelia", dijo el ministro.

Las visitas a Argel se suceden. El ministro francés de Exteriores, Michel Barnier, precedió el martes a Zapatero, quien será seguido en pocos días por el primer ministro de Marruecos, Driss Jettu. En esa coyuntura, Beljadem quiso dejar claro que Argelia rechaza tajantemente las sugerencias de Francia, compartidas por el Gobierno español y por EE UU, de que hable sobre el Sáhara directamente con Marruecos.

"Hemos repetido a la delegación española, como hicimos con la francesa, que para hablar con los hermanos marroquíes no necesitamos tutores ni intermediarios. No somos los tutores de los saharauis y no podemos hablar en su nombre", afirmó. "Si se convocara una conferencia entre Marruecos, España, Francia y Argelia para hablar de problemas de la región, iríamos. Pero si es sobre el Sáhara, no. No podemos remplazar al Polisario".