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EE UU amplía los casos en los que se aconseja medicarse contra el colesterol

El cerco al colesterol se endurece. La última vuelta de tuerca es una rebaja de los límites a partir de los cuales las personas, aunque estén sanas, deben plantearse comenzar un tratamiento para rebajar sus niveles. Hasta ahora, los organismos oficiales estadounidenses recomendaban comenzar a tomar medicamentos cuando el LDL (el llamado colesterol malo) pasaba de 130 miligramos por mililitro. Las nuevas guías lo aconsejan a partir de los 100.

El estudio, publicado en el último número de la revista Circulation, se ha basado en una recopilación de los últimos trabajos sobre prevención de riesgo cardiovascular y diabetes. El Instituto Nacional para el Corazón, el Pulmón y la Sangre, la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología han apoyado la recomendación, lo que supondrá que, sólo en Estados Unidos, otros 10 millones de personas deberán pensarse si comenzar a tomar medicación.

Ya en marzo se publicó un estudio en la revista New England Journal of Medicine en que se recomendaba bajar de 100 miligramos por mililitro la concentración de LDL, pero en pacientes de riesgo cardiovascular. La novedad es que ahora este límite se plantea como general.

Cuanto menos, mejor

"Lo que está claro es que cuanto menor sea el nivel de LDL, mejor será", ha dicho el presidente de la Sociedad Española de Arteriosclerosis, Luis Masana. Masana, quien todavía no ha tenido ocasión de estudiar las conclusiones de sus colegas estadounidenses, confirma que la tendencia actual es la de intentar mantener la concentración de colesterol malo lo más baja posible. "Hasta ahora han salido varios estudios en este sentido, pero siempre sobre pacientes que habían tenido complicaciones previas", añade.

Precisamente el último congreso de la Sociedad, celebrado en Murcia la primera semana de junio, aprobó unas guías en las que ya se incluía la recomendación de bajar el nivel de LDL por debajo de 100, pero en casos en que ya hubiera habido complicaciones previas, como diabetes o algún incidente cardiovascular.

Las directrices, elaboradas por el Comité Español Interdisciplinar para la Prevención Cardiovascular, un grupo de trabajo en el que participaron responsables de 11 sociedades científicas y del Ministerio de Sanidad, mantuvo el límite de 130 para aplicarlo a personas que aunque no hayan tenido un problema sean consideradas de riesgo (obesos, fumadores, mayores), explica Masana. Estos valores ya suponían una reducción de los valores que se consideraban normales. Aunque todos los pronósticos apuntaban a que el óptimo era tener menos de 100 miligramos por mililitro de LDL, el límite que se marcaba para empezar a pensar en algún tipo de tratamiento (ya fuera dieta y ejercicio o medicación) era de 160.

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