La ONU pide mayor compromiso a los líderes políticos en la lucha contra el sida
Kofi Annan advierte que la enfermedad se ha convertido en "una amenaza al propio desarrollo"
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, advirtió ayer de la rápida expansión que ha sufrido el sida en los últimos años, especialmente en Asia y entre las mujeres, e instó a los líderes políticos a que hagan más para combatir la pandemia porque "el sida es mucho más que una enfermedad, es una amenaza al propio desarrollo", advirtió. Annan hizo estas declaraciones en la inauguración de la XV Conferencia Internacional sobre el Sida, que hasta el próximo viernes se celebra en Bangkok (Tailandia). El secretario general de la ONU lanzó también una seria advertencia sobre la rápida propagación del sida en Asia, donde el virus, según dijo, "está avanzando a una velocidad alarmante".
"Una de cada cuatro infecciones se produjo el año pasado en este continente. No hay tiempo que perder si queremos evitar que la epidemia en Asia escape totalmente a nuestro control", dijo Annan.
Con la ciudad repleta de vallas publicitarias, carteles y actos informativos y culturales sobre la conferencia, más de 17.000 delegados, de unos 160 países, procedentes de los mundos científico, político y sanitario, y ONG, activistas y organizaciones religiosas y culturales, participan en el que será el mayor cónclave que se ha celebrado hasta la fecha sobre el sida. Se reunen bajo el lema: Acceso para todos.
Este lema, que según insistió Joep Lange, el presidente de la Sociedad Internacional para el Sida (IAS, en sus siglas en inglés), organizadora del encuentro, no significa solamente acceso al tratamiento con medicamentos antirretrovirales, sino también a la información sobre el virus, a la prevención, a los recursos necesarios para aplicar los cuidados médicos y a los avances científicos relacionados con la epidemia.
Mientras los fondos para prevención y tratamiento han crecido casi 17 veces desde 1996 (de 300 millones de dólares a 5.000 millones) son aún menos de la mitad de lo que se necesitaría el año que viene en los países en vías de desarrollo, según Onusida. En todo el mundo hay 38 millones de afectados por el virus, de los cuales 4,8 millones se registraron el año pasado. En 2003, murieron 2,9 millones de personas de sida, de ellas medio millón de niños.
Reducir el impacto
Unas cifras que llevaron ayer a Annan a advertir ante los cerca de 20.000 asistentes, reunidos en un gigantesco pabellón en las afueras de Bangkok: "Ha habido avances en muchos frentes, pero no lo estamos haciendo suficientemente bien, ni mucho menos". "No estamos en la vía para comenzar a reducir la magnitud y el impacto de la enfermedad para 2005, como habíamos prometido", añadió Annan.
"Mientras tanto, en los últimos años hemos visto surgir un comportamiento aterrador: en todo el mundo, las mujeres sufren cada vez más lo más duro de la epidemia". Ellas ya representan casi la mitad de las infecciones.
El secretario general de la ONU pidió una mejora de las infraestructuras necesarias para el tratamiento y la prevención y "un cambio que transforme las relaciones entre hombres y mujeres en todos los niveles de la sociedad" y que permita "la educación de las chicas", con objeto de que puedan protegerse del VIH.
A continuación reclamó un mayor compromiso de los líderes mundiales para atajar la enfermedad. Es necesario "romper la muralla mortal del silencio que sigue rodeando la epidemia", dijo en lo que pareció una velada referencia a China, y "proveer tratamiento a todos aquellos que lo necesitan".
Más de 20 millones de personas han muerto en todo el mundo desde que el virus fue detectado por primera vez en Estados Unidos en 1981.
"Necesitamos que los líderes demuestren en todas partes que hablar de sida es un motivo de orgullo, no una vergüenza. No debe haber más cabezas hundidas en la arena, no más avergonzarse, no más esconderse tras el velo de la apatía", dijo el secretario general de la ONU.
El primer ministro de Tailandia, Thaksin Shinawatra, anfitrión del encuentro, reafirmó el compromiso de su país para lograr el tratamiento gratuito de toda la población afectada. Se estima que en Tailandia hay unos 600.000 infectados, de los cuales reciben antirretrovirales de forma gratuita entre 30.000 y 40.000 actualmente.
"Bush dice mentiras, los condones salvan vidas", rezaba ayer un cartel sostenido por uno de los 1.000 activistas, muchos de ellos seropositivos, que se reunieron fuera del pabellón, para pedir mayor acceso a los medicamentos, a los preservativos y a agujas limpias para los drogadictos.
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