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Reportaje:CRISIS EN ITALIA

Los poderes del ministro-empresario

Berlusconi asume con la cartera de Economía el control de la televisión pública italiana y el poder de regular sus negocios

La oposición lo califica de "pesadilla orwelliana". Ahora que el primer ministro, Silvio Berlusconi, es también ministro de Economía, el magnate italiano tiene en su poder las acciones de la RAI (televisión pública), acciones que el presidente del Gobierno (y ministro) puede regular junto con las de Mediaset, su imperio televisivo privado. No es la primera vez que sucede. El 22 de abril de 1992 se jugaba el partido de fútbol Torino-Milan. Terminó 2-2; parecía un empate como tantos otros. Pero no, había una diferencia: en ese momento, el presidente del Milan (Berlusconi) controlaba también el paquete accionarial del rival. Lo reveló después el presidente del Torino, Gianmauro Borsano. En marzo de 1992 transfirió al Milan las cuotas del Torino como garantía de la cesión de Gianluigi Lentini y como anticipo del pago de 10.000 millones en dinero negro. De esta forma, durante algunos meses, Berlusconi gobernó dos equipos de Primera División. La justicia deportiva castigó a Borsano y salvó al Milan.

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Se repite la historia, pero a una escala mayor. Desde el lunes, el nuevo ministro de Economía (Berlusconi) controla las acciones de la RAI, además de las de su imperio Mediaset. No sólo esto, también hay que tener en cuenta la jungla de conflictos de intereses añadidos que la responsabilidad de la política económica del Gobierno conlleva para el propietario y/o accionista de bancos, compañías aseguradoras, sociedades deportivas y empresas editoriales. Antes, Berlusconi podía salir al pasillo y guardar las formas, como hizo antes de Navidad, mientras sus ministros le aprobaban el decreto que le permitía mantener la cadena televisiva Rete 4. Ahora eso es imposible.

- Raiset. El ministro de Economía, de acuerdo con la ley Gasparri, nombra al presidente de la RAI y a uno de los consejeros. Y nombra (y destituye) al director general. "Si por lo menos se hubiera aprobado la suave ley Frattini sobre el conflicto de intereses", explica el constitucionalista y ex presidente de la RAI Roberto Zaccaria, "existirían controles y sanciones para las operaciones que reportan una ventaja". Pero aquí no termina todo: el Ministerio de Economía, en el acuerdo y en el contrato de servicio con la RAI, es responsable de la gestión económica de la empresa. La RAI debe comunicar al Tesoro, es decir, al dueño de la competencia, sus datos económicos y sus planes industriales.

- Antitrust. Al controlar Mediaset y la RAI, Berlusconi acumula el 90% del mercado televisivo y el 97% del mercado publicitario televisivo; demasiado incluso para el generosísimo techo del 20% del SIC (el sistema integrado de las comunicaciones de la ley Gasparri). Lo que podría activar las dos autoridades competentes: la Antitrust y la de Telecomunicaciones. "En este momento, nos encontramos con una doble titularidad, también formal", dice Zaccaria. Otra posición dominante posible: la relativa a los derechos deportivos. En la próxima subasta ante el COI para los Juegos de 2008, se presentarán por Italia dos operadores controlados por la misma persona: RAI y Mediaset.

- Publicidad. A pesar de la crisis del mercado mundial, la sociedad publicitaria de Mediaset, Publitalia, tuvo beneficios en 2003: el 6,5% más que en 2002. Dado el enorme flujo de capital fresco que reporta a Berlusconi, Publitalia está entre las empresas más interesadas en la política fiscal del Gobierno, en el caso de que el ministro Berlusconi mantenga el compromiso de "menos impuestos para todos". Sin contar que el Departamento del Tesoro decide dónde va la "publicidad institucional" de la que se nutren la RAI y a Mediaset.

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- Menos impuestos. Berlusconi juró que sus empresas no se habrían aprovechado de la condonación decretada por el ministro Giulio Tremonti. Más tarde, Mediaset la utilizó, ahorrándose 162 millones de euros por evasión fiscal comprobada y relativa a la adquisición de derechos cinematográficos. Las posibles condonaciones futuras las firmará Berlusconi. Y lo mismo pasará con otras ventajas fiscales para las empresas: la ley Tremonti de 1994 reportó a Mediaset un ahorro de 242.000 millones de liras sobre los impuestos debidos por la adquisición de películas antiguas.

- Compañías de seguros. Con Ennio Doris, Berlusconi controla un banco-compañía aseguradora, Mediolanum. Como banco está sujeto al control del Departamento del Tesoro y tiene interés en la política de créditos del nuevo ministro. Como aseguradora, está sujeta al control del Tesoro y espera mucho de una reforma de la Seguridad Social. Una vez más, controlador y controlado son la misma persona.

- Bolsa y mercados. Incluso en este sector -observa el economista Salvatore Bragantini, ex miembro de la Comisión Nacional de Valores- "se crea una impresionante maraña de intereses. El ministro de Economía tiene el poder directo de intervención, que es superior al del primer ministro: en la asignación de fondos a un determinado sector de producción, o en la vigilancia de los mercados regulados, junto con la Comisión Nacional de Valores". Es decir, por una parte, Berlusconi hereda de Tremonti la capacidad de recortar, a discreción, gastos públicos por valor de 2.000 millones de euros, incluso en sectores sensibles como el editorial o el del espectáculo. Por otra, es superaccionista de sociedades como Mediaset, Mediolanum y Mondadori. Y, al mismo tiempo, se convierte en el que propone decretos ley sobre el ahorro para un nuevo sistema de control sobre las Bolsas en las que se cotizan sus títulos. ¡Y nos quejábamos del empate del partido Torino-Milan!

Traducción: Valentina Valverde

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