La obesidad aumenta las malformaciones fetales más que la diabetes
Los hijos de madres obesas tienen mayor riesgo de sufrir patologías congénitas
La obesidad de la madre es uno de los factores que más contribuyen, incluso en mayor medida que la diabetes gestacional, a la aparición de malformaciones congénitas en los hijos.
Así lo ha revelado una investigación en la que se han estudiado 2.060 niños, hijos de madres con diabetes gestacional (la que aparece durante el embarazo en algunas mujeres) y sobrepeso ya presente antes de la gestación. El estudio, cuyos resultados publica en su último número la revista Diabetología, de la Sociedad Europea de Diabetes, ha sido realizado por un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y del hospital de Sant Pau de la capital catalana. El 3,8% de los bebés nacidos de las madres que participaron en la investigación presentaron malformaciones congénitas, un porcentaje que dobla al que se observaría en la población general.
Rosa Corcoy, coordinadora de la investigación, explica que varios estudios han observado desde la década de 1960 que la diabetes o hiperglucemia gestacional aumenta el riesgo de malformaciones congénitas en los hijos, un riesgo que es todavía mayor si la mujer ya sufría diabetes antes del embarazo. Lo que no se había demostrado era que el elevado índice de masa corporal, indicador de la obesidad, "es una variable predictora de las malformaciones en los hijos más importante que las variables que indican la gravedad de la diabetes", señala Rosa Corcoy, quien destaca que las investigaciones realizadas hasta hoy no incluían el grado de obesidad como parámetro a evaluar.
Malformaciones cardiacas
El equipo encabezado por Corcoy observó que el grado de obesidad de la madre fue el principal factor predictor de las malformaciones cardiacas, y el único de las renales y de las vías urinarias. La gravedad de la diabetes de la madre, en cambio, fue el único factor determinante de las malformaciones esqueléticas.
El papel destacado que desempeña la obesidad de la madre en la aparición de malformaciones en el niño se debe, según apuntan los autores del estudio, a que el exceso de peso es un indicador de disponibilidad energética, es decir, de todos los nutrientes que proporcionan energía al organismo. "El exceso de estos nutrientes, y no sólo de la glucosa, está vinculado a la aparición de malformaciones". Además, agregan los investigadores, "tanto el exceso como el defecto de insulina pueden causar malformaciones en el embrión y, en el caso de que exista obesidad, el hecho de que se produzca resistencia a los efectos de la insulina comporta unas concentraciones más elevadas de esta sustancia".
Los resultados de la investigación, aunque inicialmente sorprendieron a los investigadores, "tienen su explicación", analiza Rosa Corcoy: "La diabetes gestacional no suele aparecer durante las primeras semanas del embarazo, y si lo hace, los niveles de glucosa están poco alterados durante el periodo de formación de los órganos del embrión. En cambio, la obesidad pregestacional ya puede actuar de manera perjudicial sobre el embrión cuando todavía se halla en fase de formación", explica la coordinadora de la investigación.
El resultado del trabajo de la Universidad Autónoma de Barcelona viene a confirmar la necesidad de evitar el sobrepeso en las mujeres que desean quedar embarazadas. Rosa Corcoy agrega que el ácido fólico, que los médicos prescriben de forma generalizada a las embarazadas para reducir el riesgo de malformaciones de los hijos, "beneficia principalmente a las gestantes con bajo peso y no tiene el mismo efecto protector en las obesas".
Este extremo, que han apuntado algunos estudios, podría hacer replantearse el uso generalizado del ácido fólico, una vitamina que suele recomendarse a las mujeres en los primeros meses de gestación, o incluso varias semanas antes si se trata de un embarazo planificado.
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