Quién es quién en el nuevo Irak
Una mezcla de exiliados y figuras religiosas serán los protagonistas de la transición
El Gobierno tiene un año y medio para conducir la transición de Irak y consensuar la futura estructura política. El Ejecutivo, reflejo de la división étnica del país, está compuesto por 23 miembros: 11 chiíes, cinco suníes, cinco kurdos, un turcomano y un cristiano. Sus principales figuras son el presidente Gazi al Yauar y el primer ministro Ayad Alaui, que han recibido el poder del ocupante, pero deberán contar con aquellos que poseen el poder real. Estos son algunos de los personajes clave:
- Ayad Alaui, primer ministro y hombre fuerte del Ejecutivo. Es un chií de 58 años a quien los líderes religiosos tildan de demasiado laico. Neurocirujano perteneciente a una prominente familia de comerciantes implicada en la historia de Irak: su abuelo fue uno de los negociadores de la independencia en los años treinta. Era uno de los duros del partido Baaz, que dejó en 1971 cuando Sadam Husein logró su control. Se exilió a Líbano y Reino Unido. En febrero de 1978 sufrió graves heridas en un atentado en Londres que llevaba el sello de Sadam. En 1991 se convierte en uno de los principales opositores en el exterior al régimen. Cofunda el Pacto Nacional Iraquí junto a antiguos baazistas y militares. Su grupo participa en un intento de golpe de Estado en 1996 preparado por la CIA, con la que mantiene una estrecha relación. Se le considera un hombre de Washington, ha criticado las purgas de miembros del Baaz y la disolución del Ejército.
- Gazi al Yauar, presidente. No era el preferido de EE UU para este puesto representativo, pero el Consejo Provisional de Gobierno logró impornerle frente a Adnan Pachachi. Se trata de un prominente líder tribal sunita de 45 años. Nació en Mosul, al norte. Tiene el apoyo de otros jefes de tribu y líderes religiosos. Le gusta vestir la ropa tradicional para marcar distancias con Occidente. Estudió ingeniería en la Universidad de Georgetown de Washington e hizo una fortuna en Arabia Saudí, donde dirigió varias compañías de telecomunicación. Exiliado durante el régimen de Sadam, exigía hace días una transferencia real de soberanía. Se opone a que la Embajada de EE UU en Bagdad se instale en el palacio de la República, residencia hasta ayer de Paul Bremer.
- Alí al Sistani. Uno de los cinco grandes ayatolás vivos. Líder espiritual de los chiíes de Irak y jefe de la Hauze de Najaf, escuela de estudios coránicos con un poder similar al Vaticano entre los católicos. Tiene seguidores en Afganistán e Irán, donde nació hace 74 años. Se le considera un moderado pragmático. Una prueba, su fetua de abril de 2003. En ella ordenaba no oponerse a las tropas norteamericanas. Para el número dos del Pentágono, Paul Wolfowitz, se trató de "la primera fetua proamericana de la historia". El calendario acordado, con elecciones en enero de 2005, se debe a su amenaza de romper con las autoridades ocupantes. La ONU tuvo que negociar cada paso con él. Cualquier modificación tendrá que ser renegociada. Sistani defiende la elección inmediata de un Gobierno en las urnas. A su juicio, es el único modo de lograr legitimidad ante el pueblo y frenar la resistencia armada. Sistani sabe que las elecciones darán el poder a los chiíes, el 60% de la población.
- Múqtada al Sáder. Clérigo radical chií de 30 años, jefe de la milicia del Ejército del Mahdi, que se ha enfrentado al Ejército estadounidense en Nayaf y Kufa. Washington decretó su captura "vivo o muerto" al considerarle un criminal. Carece del peso religioso de Sistani, pero tiene un gran ascendiente sobre los chiíes pobres del sur y de Bagdad. Alaui trata de incorporarle a la transición. La amnistía propuesta por el primer ministro está pensada para gente como Múqtada.
- Ahmed Chalabi. Chií laico, líder del Congreso Nacional Iraquí, principal partido de la oposición exterior a Sadam. Fue el hombre del Pentágono, la persona que debía haber ocupado el puesto de Alaui. Carecía de apoyos en Irak cuando comenzó la invasión. En estos meses se ha hecho con el control de muchas empresas. Dispone de una milicia propia. En los últimos meses ha caído en desgracia ante la Casa Blanca, que le acusa de pasar información a Irán. Chalabi, un moderado táctico, coquetea con el poder religioso, sea Sistani o Al Sáder. Su aspiración es hacerse con el poder en 2006 cuando concluya este periodo transitorio.
- Los kurdos. Los líderes de la Unión Patriótica del Kurdistán (Jalal Talabani) y del Partido Democrático del Kurdistán (Masud Barzani) han criticado la resolución 1546 que, legitima al Gobierno. No les gusta porque no recoge la autonomía del Kurdistán. Han amenazado con desengancharse del proceso y buscar la independencia de hecho. Recuperarles será trabajo de Alaui.
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