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Reportaje:

Cervantes vive en las aulas brasileñas

Un colegio de São Paulo introduce el bilingüismo mediante la incorporación progresiva de asignaturas en español como matemáticas y física al programa general impartido en portugués

Juan Arias

Acercarse a los alumnos del colegio Miguel de Cervantes, en el corazón de São Paulo (Brasil), y charlar en español es sencillo. Se muestran orgullosos de hablar la lengua de Cervantes y entienden hasta los chistes que uno pueda contarles en castellano. En este colegio bilingüe en español y portugués, que nació hace 26 años, estudian hoy 1.600 alumnos de infantil, primaria, ESO y bachillerato, cuyas cuotas cubren el funcionamiento del centro. Ocupa un vasto territorio de 55.000 metros cuadrados en el barrio noble de Morumbi, frente al famoso estadio de fútbol y al Palacio del Gobierno.

Poco a poco el Miguel de Cervantes va integrando en su programa no sólo la lengua y cultura españolas, sino que comienzan a impartirse en castellano progresivamente las clases de matemáticas, física y ciencias. Juan Manuel Oliver, su director gerente, confirma que este colegio se concibió "con una perspectiva bilingüe y bicultural", y con la integración de los programas educativos brasileño y español, de forma que los estudios allí impartidos se reconozcan oficialmente en España, proporcionando a los alumnos una doble titulación, además de una doble lengua.

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Una compleja historia

El embajador de España en Brasil, José Coderch, reconoce que el Colegio Miguel de Cervantes es, "más que un centro educativo, una caja de resonancia de la cultura española en Brasil". Según Coderch, se trata "del programa educativo de mayor visibilidad en Brasil". Desde el punto de vista económico, el Miguel de Cervantes es, además, según el embajador, "el único centro español en el exterior sostenido con las cuotas que pagan los alumnos". Pero un buen número de familias con menores recursos económicos, tanto españolas como brasileñas, pueden matricularse gracias al programa de ayudas.

En el Cervantes entran los niños a los seis años y salen de él para ingresar en la universidad. Pueden optar por permanecer en el centro la jornada completa participando en numerosas actividades, tanto culturales como artísticas y deportivas. Muchos alumnos no se quieren ir cuando terminan sus estudios. Los profesores, entre bromas, les ofrecen una solución: "Volver a comenzar de nuevo los estudios".

El Miguel de Cervantes es un colegio español que ha sabido absorber lo más positivo de la cultura brasileña. O, como explican los alumnos de infantil en sus redacciones, una cultura de convivencia, con "espacios de bienestar, donde uno se sienta feliz".

En el Miguel de Cervantes los alumnos no sólo aprenden y bien la lengua castellana, sino también la cultura y la geografía españolas. Para el alumno o ex alumno del Miguel de Cervantes de São Paulo, España no es una abstracción o una pura referencia teórica, sino una realidad bien concreta, que, además, suelen visitar una vez los de octavo de enseñanza fundamental durante un mes, uno de los acontecimientos que alumnos y profesores recuerdan con mayor fruición.

Conocen España y sus escritores más famosos. En una de las salas de entrada al colegio, la contigua al teatro, están expuestos los retratos de todos los premios Cervantes, que suelen ser objeto de comentario de los profesores y visitantes. Además del currículum escolar, el Miguel de Cervantes ofrece clases de español como lengua extranjera para jóvenes y adultos. Los más de 1.000 alumnos matriculados para ello pueden frecuentar estos cursos en horario nocturno o los sábados por la mañana. Junto con las clases de español, el colegio ofrece cursos especiales para traductores, conversación, español para negocios.

El colegio es también responsable de los exámenes mediante los que se obtiene el DELE (Diploma de Español como Lengua Extranjera) en São Paulo y de los Exámenes de Español de Negocios de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid.

En el Miguel de Cervantes, alumnos, familiares y profesores convierten hoy en realidad lo que "siempre fue un sueño tanto para brasileños como para españoles": poseer la doble cultura y la doble lengua de ambos países.

Una clase en el colegio Miguel de Cervantes de São Paulo.
Una clase en el colegio Miguel de Cervantes de São Paulo.JOSE LUIS DA CONCEICAO

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