El dragón chino muda su piel
Responsables del urbanismo de Pekín y Shangai explicaron en Barcelona los megaproyectos para sus ciudades
El polvo que provocan las miles de obras que se construyen en Pekín preocupa a las autoridades. "Es una de las tres principales causas de contaminación que sufrimos, además de la polución industrial y el humo de los coches", explica Zhu Jia Guang, arquitecto jefe del comité de planificación urbanística de Beijing (Pekín). "Intentamos combatir este tipo de polución cubriendo las zonas de extracción y regando las obras", añade.
Es un dato que da cuenta del enorme crecimiento urbano del país desde el que no paran de llegar espectaculares datos sobre su crecimiento económico y, en menor medida, noticias sobre las nuevas ciudades y los atrevidos proyectos arquitectónicos que se están poniendo en marcha, especialmente en Pekín, que en 2008 acogerá los Juegos Olímpicos, y en Shanghai, que espera tener su momento con la Exposición Universal de 2010. Ante tantas expectativas, no es extraño que hubiera lleno en las conferencias de Zhu Jia Guang y de Zheng Shi Ling, presidente de la asociación de arquitectos de Shanghai, celebradas la pasada semana en Casa Asia de Barcelona. El acto había sido organizado por el ICEX, con el objetivo de captar empresas y arquitectos españoles hacia el mercado chino. Según fuentes de este organismo, la mayoría de las áreas urbanas de China se han construido en los últimos 25 años a un ritmo de 150 millones de metros cuadrados por año.
"Todos los años se construyen en Shanghai 20 millones de metros cuadrados de vivienda"
Gran parte del crecimiento urbano de Pekín se concentrará en ciudades satélite
De momento, uno de los elementos que más llama la atención es la gran cantidad de arquitectos estrella extranjeros que construyen en China. "Son tantos los proyectos que no me acuerdo de los nombres de todos", comenta sonriente Zhu Jia Guang. El británico Norman Foster, por ejemplo, construye la tercera terminal del aeropuerto de Pekín. Los suizos Herzog y De Meuron ganaron el concurso para la construcción del estadio olímpico, cuya forma alude al nido de los pájaros, y los australianos PTW fueron los seleccionados en el caso de la piscina olímpica, que busca parecer un gran cubo de agua también en su exterior. Además, en 2005 está previsto que finalice el proyecto del espectacular Teatro Nacional de China, en plena plaza Tiananmen, del francés Paul Andreu, autor también del aeropuerto de Shanghai, y todavía está en discusión la viabilidad técnica del rompedor edificio que ha diseñado el arquitecto holandés Rem Koolhaas para la CCTV, la emisora de televisión china.
El anillo olímpico, según explicó Zhu Jia Guang, se ha situado al norte del centro histórico en el mismo eje de la ciudad prohibida, integrando la zona universitaria. Tiene una forma como de T doble y contará con amplias zonas verdes. "Lo importante no son sólo los estadios sino las infraestructuras de comunicaciones y el tratamiento medioambiental que se exige. Son cosas que ya teníamos previsto hacer, pero que se han acelerado", indica. El objetivo, explica, es aumentar la superficie construida de Pekín en unos 200 o 300 kilómetros cuadrados, aunque la mayoría, aclara, se hará en ciudades satélites y sólo una pequeña parte afectará al centro histórico. "Actualmente hay unas diez ciudades pequeñas en el área de Pekín y se han seleccionado unas tres o cuatro en el este y el sureste que van a ampliarse. No vamos a olvidar el resto, pero nos concentraremos en estas zonas", indica. En lo que eran antiguas zonas industriales se ha previsto construir modernos centros de negocios y junto a las universidades se proyectan complejos empresariales de investigación.
En Shanghai también hay planes de expansión, pese a que ya es uno de los grandes escaparates de la construcción en Asia. Zheng Shi Ling explicó que, por ejemplo, confían en que en el año 2010 se habrán construido 400 kilómetros de metro frente a los 82 que existen actualmente. Su exposición se centró en gran parte en el desarrollo de la zona de Pudong, hace 20 años una zona industrial degradada y actualmente una renovada zona de negocios que, como el resto de la ciudad, está poblada por rascacielos, con o sin firma de autor. "Todos los años se construyen en Shanghai 20 millones de metros cuadrados de viviendas y contamos con 7.000 edificios altos", explica Zheng Shi Ling. "Tenemos previsto crear tres ciudades satélites nuevas para una población de entre 800.000 y un millón de habitantes. Además, hemos transformado la ribera del río en un espacio público con 22 kilómetros de zona verde".
Comenta que hace años que la ciudad acoge influencias muy diversas y en esta última etapa han sido muchos los arquitectos extranjeros que han realizado allí sus proyectos. "De momento predominan los americanos, los japoneses y los taiwaneses, aunque ahora han entrado fuerte los franceses y los alemanes. Españoles aún hay pocos, pero esperamos que se animen". Entre los arquitectos españoles más citados figuran Ricardo Bofill -con cinco grandes proyectos en China, entre ellos una nueva ciudad para 700.000 habitantes y un nuevo barrio en Pekín-, el catalán Marcià Codinachs, con oficina en Shanghai, Josep Lluís Mateo o José Martínez Lapeña.
Para Zheng Shi Ling, que habla un perfecto italiano e inglés, la experiencia de Barcelona es ejemplar con vistas a la Expo 2010. "Nos interesa esta manera que ha tenido Barcelona de aprovechar los grandes eventos para desarrollar su crecimiento urbano", indica. "El recinto de la Expo se concentrará en lo que ahora es una zona industrial muy degradada a la orilla del río que tendrá seis kilómetros cuadrados. Se han convocado a siete equipos de arquitectos extranjeros, pero el diseño final lo harán las universidades chinas", concluye.
Babelia
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