Blair defiende en los Comunes la ley fundamental
El primer ministro británico y el líder de la oposición protagonizaron ayer un agitado debate en los Comunes sobre la Constitución europea. Mientras Tony Blair vio en ella un paso hacia la Unión Europea que quieren los británicos, Michael Howard la denunció por "mala para nuestra democracia". Mientras el líder laborista asociaba la UE con la riqueza y capacidad de influencia del Reino Unido, el líder conservador le acusó de haber dado a Europa más poderes en lugar de recortarlos. Esto no es la sorda, muda y ciega batalla del Gobierno laborista por el euro.
Los Comunes vibraron en un debate apasionado, bronco, en el que Blair y Howard contrapusieron dos visiones completamente opuestas de Europa. Un debate en el que hubo mucha filigrana detrás de los trazos gruesos, atrapado cada cual en sus contradicciones. El primer ministro, intentando demostrar que Europa es muy importante y al mismo tiempo dando la impresión de que la Constitución no le otorga nuevos poderes, o al menos no en las materias más sensibles desde la óptica británica.
En su réplica, Michael Howard se aplicaba por no renegar de Europa más de la cuenta, tarea difícil después de decir que la Constitución es "mala para Gran Bretaña", "mala" para su "democracia" y "mala" para sus "empleos". El líder de la oposición apenas entró a desmenuzar los problemas concretos que el texto plantea a los conservadores, pero citó una larga serie de asuntos en los que las exigencias iniciales del Gobierno no parecen haberse visto satisfechas al final de la negociación.
El primer ministro asoció la Constitución y la permanencia del Reino Unido en Europa al lanzar un encendido cántico a la UE. "Estamos en la UE por el mercado único, por el 1,8% del PIB extra que nos aporta cada año y por los 3,5 millones de empleos que dependen de ese mercado único. Estamos dentro de ella por la fuerza que nos da en negociaciones comerciales con países poderosos como Estados Unidos o Japón. Estamos dentro por su red en las relaciones comerciales y de cooperación con China, la India, los países de América Latina, África y Asia, relaciones que hacen una importante contribución a la paz internacional, la seguridad y el desarrollo. Claro que hay frustraciones y compromisos, pero la UE es la manera más exitosa que se ha inventado hasta ahora para gestionar las relaciones entre los países europeos, cuyas rivalidades nacionales les llevaron hace tan sólo 60 años a una serie de conflictos sangrientos".
Blair pareció en su salsa. Europa es un tema que casa bien con su oratoria mesiánica, y la Constitución, aunque rechazada por un grupo minoritario de diputados laboristas, parece el mejor bálsamo para cerrar filas y suturar las heridas provocadas por Irak. Como había hecho la víspera, el primer ministro destacó, por un lado, el mantenimiento del derecho de veto en los temas más sensibles para el Reino Unido, como fiscalidad, seguridad social, política exterior, defensa, el cheque británico o el derecho a quedarse fuera en materias que afecten a las leyes británicas en asilo, inmigración y procedimientos criminales.
Insistió en que la supresión del veto en una serie de materias es beneficiosa para el Reino Unido en una Europa que con la ampliación se acerca más al modelo británico. "La nueva Europa de 450 millones de personas es un éxito para Gran Bretaña. Los nuevos países comparten nuestra visión de que debe estar regida por Estados-nación soberanos; se han adherido para tener la misma estabilidad y seguridad y prosperidad que nosotros hemos disfrutado como miembros de la UE en los últimos 30 años", dijo.
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