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LA EUROPA DE LOS VEINTICINCO | Cumbre de Bruselas

La cumbre de la Constitución se inicia con una oferta próxima a las tesis de España

La presidencia irlandesa presenta una nueva fórmula para tomar las decisiones en la UE

Carlos Yárnoz

El nuevo reparto de poder recogido en la Constitución europea estará muy cercano a las pretensiones del Gobierno español. La presidencia de la UE, Irlanda, presentó ayer sus últimas propuestas a los líderes europeos que se reúnen hoy y mañana en Bruselas y concretó ese reparto de poder en que las decisiones en el Consejo de la Unión se adoptarán cuando sean apoyadas por el 55% de los Estados que representen al menos al 65% de la población. España había pedido que la combinación fuera de 55,5%-66,6%. La diferencia es mínima y, en todo caso, España recupera buena parte del poder que perdía con la combinación 50%-60% incluida en el proyecto constitucional.

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Con la fórmula irlandesa, España tiene amplias posibilidades de lograr por la vía de la población minorías de bloqueo (alianzas de países que superen el 35% de la población de la UE) para rechazar posibles acuerdos que puedan perjudicarle en áreas clave como la agricultura. Una alianza de España con países con intereses similares en ese terreno, como Italia, Francia, Portugal y Grecia, sería suficiente, una opción que no tenía en el caso de la combinación 50-60. Francia es el país que más se ha resistido a elevar tanto el porcentaje de población.

La fórmula presentada por Irlanda recoge también una importante pretensión española, según la cual el número mínimo de países para bloquear un acuerdo será cuatro. Así se evita que tres de los cuatro países más poblados (Alemania, Francia, Reino Unido e Italia) tengan en su mano la llave de bloqueo aunque superen el necesario 35% de la población. Alemania no quería esta cláusula.

Irlanda aún propone otra cláusula, en este caso para satisfacer a Polonia, el país que, junto con España, había resultado muy perjudicado en el proyecto constitucional con respecto al vigente Tratado de Niza. Esa cláusula consiste en que, durante un tiempo determinado o para siempre, las alianzas de países que se queden a menos de cinco puntos porcentuales de la minoría de bloqueo podrán exigir que se paralice la votación y el Consejo estará obligado a negociar un acuerdo satisfactorio.

Otras propuestas planteadas por Irlanda para superar los principales litigios pendientes son las siguientes:

- Comisión Europea. Cada país tendrá un comisario hasta el año 2014. A partir de entonces, habrá sólo 18, incluido el presidente y un vicepresidente que será ministro de Exteriores, y el reparto entre países será "por rotación igualitaria". El proyecto de Constitución proponía 15 comisarios a partir de 2009, lo que originó la protesta de los países pequeños.

- Parlamento Europeo. Propone una nueva distribución de escaños antes de las elecciones de 2009. No fija la tabla, pero sí algunos criterios: los más pequeños tendrán, como mínimo, seis eurodiputados (el proyecto decía cuatro); la cifra total de escaños podrá oscilar entre 745 y 750 (el proyecto señala 736). España quiere recuperar entre cuatro y siete de los 14 que perdió en Niza, pero deberá negociarlo en el futuro.

- Perspectivas Financieras. Incluyen el reparto de los fondos y, por tanto, es fundamental para España. El proyecto proponía mantener el derecho al veto al aprobar ese marco financiero plurianual sólo una vez más, para el periodo 2007-2013. Holanda, uno de los contribuyentes netos, exigió mantener el veto sine die. Irlanda propone mantener el veto, salvo que los líderes decidan lo contrario, por unanimidad, en el futuro.

- Pacto de Estabilidad. El proyecto da mucho más poder a la Comisión a la hora de expedientar a los países que incumplan el Pacto de Estabilidad. Alemania, Italia, Francia, Polonia y Grecia se oponían. Irlanda propone que el Ejecutivo comunitario tenga más poder sólo a la hora de certificar que un país ha entrado en una situación de déficit excesivo, pero no a la hora de exigirle medidas concretas para recuperar el equilibrio presupuestario.

- Cristianismo. No incluye la "herencia cristiana" de Europa en el preámbulo de la Constitución pese a las exigencias de Polonia, Italia, Lituania y otros.

- Líneas rojas de Londres. Con las últimas propuestas irlandesas, quedan salvadas todas las líneas rojas británicas. El Reino Unido seguirá ejerciendo el derecho al veto o un mecanismo similar en fiscalidad, seguridad social, defensa, política exterior y cooperación judicial penal. En este último caso, los países que quieran adoptar una ley por su cuenta para ir más lejos no tendrán problemas para hacerlo.

Los líderes europeos tienen aún que dar su visto bueno final a estas últimas propuestas de Irlanda, que asegura haberlas presentado tras estudiar "cuidadosamente" los distintos puntos de vista. Todos los dirigentes de la UE se han mostrado optimistas para alcanzar un acuerdo final. El presidente de la Comisión, Romano Prodi, que acude a su última cumbre, declaró ayer: "Necesitamos una Constitución para lograr la confianza de los ciudadanos, para dar una idea más clara de Europa". Sobre todo tras el fiasco de la bajísima participación en las elecciones europeas del pasado fin de semana.

El vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, y Solana, ayer en Bruselas.
El vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, y Solana, ayer en Bruselas.AP

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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