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El Congreso rechaza el proyecto de ERC para despenalizar la eutanasia

El PSOE ofrece un debate y retomar el tema el año que viene

La despenalización de la eutanasia deberá esperar, por lo menos, un año. La propuesta de ERC sólo recibió ayer en el Congreso el apoyo de Izquierda Verde (IU e ICV) y BNG en nombre del Grupo Mixto. Pero el rechazo (293 votos en contra por 18 a favor) no es definitivo. El PSOE anunció la apertura de un debate sobre el tema para el año que viene, y el PNV adujo problemas de forma para abstenerse.

Carme García Suárez, de Izquierda Verde, destacó que todos sabían que se producían eutanasias "tapadas, con el malestar y sentimiento de ilegalidad que las familias están padeciendo". Olaia Fernández Dávila, del BNG, defendió la eutanasia como un "derecho humano".

La portavoz del PSOE, Pilar Grande, recordó que el Código Penal de 1995 ya era "menos riguroso" con "ciertas conductas" de quienes ayudaran en una eutanasia, pero consideró que el año que viene, cuando el texto legal cumpla 10 años será "el momento oportuno para plantear el debate". Mientras tanto, la diputada socialista ofreció una "discusión serena, profunda, amplia y rigurosa". Grande criticó que el proyecto no recogiera "modificaciones en el ámbito asistencial para proporcionar seguridad jurídica al personal sanitario", que sería el encargado de practicar la eutanasia a un enfermo terminal que lo pida.

La diputada socialista destacó que algunos de los aspectos del proyecto de ERC ya no tenían sentido, pues se referían a modificaciones en la Ley General de Sanidad de 1988 que habían quedado sin valor cuando se aprobó la ley de garantías de los pacientes con la institución de los documentos de instrucciones previas en los que una persona puede especificar qué tratamientos, como la intubación o la alimentación parenteral, se niega a recibir.

Errores técnicos

Estos defectos fueron resaltados por la portavoz del PNV, la jurista Margarita Uría, quien aunque admitió que se trataba de "una materia de necesaria y urgente regulación" destacó que los "errores técnicos" hacían que su grupo se fuera a abstener en la votación.

La diputada de ERC Rosa Bonàs ya había admitido en su defensa del proyecto estas carencias, y resaltó que lo que se votaba era comenzar el trámite de la propuesta, que podía mejorarse. "Sus señorías saben que hoy sólo se vota una toma en consideración, y si no es hoy algún día tendrán que hacerlo, pero mientras lo posponemos alguien estará sufriendo en contra de su voluntad. Les deseo que no sea un pariente próximo", acabó su intervención.

Quienes no se conmovieron fueron ni el portavoz de CiU, Jordi Xuclà, ni la del PP, Mercedes Roldós. Ambos grupos votaron en contra, y opusieron la muerte asistida al desarrollo de los cuidados paliativos -"verdadero antídoto de la eutanasia", en palabras de Roldós-. Xuclà dijo que el debate no debía plantearse entre "vivir y matarse". "Existe la opción del buen morir". Roldós negó que "la Constitución garantice el derecho" a decidir "sobre la propia muerte", y reclamó como solución un mayor desarrollo de los registros de instrucciones previas.

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