Berlusconi asume la responsabilidad por los malos resultados de Forza Italia
La izquierda afirma que se ha convertido en la nueva mayoría
Silvio Berlusconi asumió ayer "plena responsabilidad" por los malos resultados de Forza Italia en las elecciones europeas, algo obvio teniendo en cuenta su condición de fundador, financiador y dirigente único del partido y cabeza de lista en todas las circunscripciones electorales. Berlusconi negó, sin embargo, que el descenso de tres puntos respecto a las últimas europeas, y de ocho puntos respecto a las pasadas generales, fuera a tener repercusiones en la política italiana: "Es solamente una señal de descontento a la que conviene prestar atención, con algunos retoques en el programa de gobierno", dijo.
El presidente del Gobierno italiano, que pasó la noche electoral en su finca de Cerdeña, resultó herido en su orgullo y fracasó en el intento de convertir las elecciones en un plebiscito favorable a su gestión. En la Circunscripción Centro, la de Roma, casi le dobló en votos la periodista Lilli Gruber, cabeza de lista del Olivo. Pero Berlusconi no sufrió, ni de lejos, el batacazo de otros jefes de Gobierno. "En nuestro país, la mayoría de gobierno mantiene sus posiciones; es la única en Europa que lo ha logrado, entre quienes llevan ya años en el cargo", destacó. Añadió que Forza Italia seguía siendo el principal partido de Italia.
Las elecciones europeas no han creado un nuevo mapa político en Italia, aunque la izquierda interpreta que se ha convertido en la nueva mayoría, apoyándose en parte en sus excelentes resultados en las elecciones locales: ganaron Bolonia en la primera vuelta y quedaron en ventaja en las ciudades de Florencia y Bari y en las provincias de Milán y Nápoles. "Hemos aumentado posiciones y hemos obtenido una ligera ventaja sobre el centro-derecha. No nos falta nada, excepto una concordia interna que vendrá con el tiempo y la construcción en común de un programa", declaró Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea y líder de la oposición.
Los votos de rechazo a la guerra de Irak favorecieron, sobre todo, a Refundación Comunista, Verdes y otros grupos menores de la izquierda, y muy poco a la coalición prodiana del Olivo. Los electores desencantados con Berlusconi tampoco se pasaron a Prodi, sino que se refugiaron en otras formaciones de la coalición conservadora, como la democristiana UDC, o se abstuvieron.
A grandes rasgos, todo quedó como estaba. Lo que, habida cuenta de los problemas económicos, las dificultades en Irak y los escasos éxitos del Gobierno en su relación con Europa, podría interpretarse también como un relativo fracaso de Demócratas de Izquierda y Margarita, coaligados en el Olivo.
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