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La 'Banda de los pata negra'

Un grupo roba centenares de jamones en la serranía de Ronda

A menudo los ladrones son gente seria. Gente deleznable por su interés por lo ajeno, pero con los que se puede compartir intereses o aficiones. Es el caso de la ya conocida como Banda de los jamones, un grupo de cacos que desde hace meses atraca y vacía almacenes de charcutería de la serranía de Ronda.

El último golpe denunciado ocurrió el miércoles en una empresa de distribución de Ronda, Dagomca. Su dueño, Damián Gómez, denuncia que le robaron 100 jamones de reserva y de bellota valorados en cerca de 300 euros cada pieza. Fue un nuevo golpe porcino.

La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía trabajan contra esta banda y están convencidos de que se trata de gente de la zona. Hace dos semanas, los cacos se llevaron 300 jamones de la empresa Alonso Domínguez, SL, de Jimera de Líbar. También asaltaron la empresa Hermanos Torres Chacón. Por la zona, las alarmas han saltado y los rumores señalan a ventas, empresas y tascas variadas como víctimas de robos. Pero muchos de los robos son sólo leyenda.

"Que aparezcan los chorizos, porque los jamones va a ser difícil", señala una víctima

Damián Gómez, de 64 años y fundador de la empresa, no tiene problema en mostrar los destrozos que, según él, dejaron tras de sí los cacos. "Rompieron los cables de la alarma y con un mazo destrozaron la puerta metálica". El trabajo es similar al de otras empresas. Gómez prosigue mientras pasea por la nave en la que almacena jamones, aceite, queso, embutidos y latas. "Comenzaron a cargar jamones de aquellos, que no son los más caros, pero enseguida se dieron cuenta y se fueron para el otro lado".

En el otro lado cuelgan aún una veintena de jamones de pata negra. Son jamones Pedro Nieto. Jamones de Bellota de Salamanca, que pueden costar 300 euros por pieza. Además del jamón, Gómez denuncia que se llevaron algunos de sus mejores quesos y un coche que tenía en la nave. La mercancía está asegurada.

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El comisario de Ronda, José Luis Delgado, afirma que las investigaciones se centran en "gente de la zona, que conoce cómo funcionan las empresas de distribución". Delgado asegura que quien comete estos robos lo normal es que tenga ya prevista la venta del material. "Nadie da duros a cuatro pesetas, y si alguien compra jamones de pata negra muy baratos, tiene que imaginar que son robados". Y concluye: "Tan culpable es quien roba como quien compra".

La policía reconoce que encontrar los jamones es misión imposible. Gómez levanta un ejemplar y detalla: "Si se le quita la vitola a este jamón ya no hay quien lo identifique". No es fácil seguir la pista de un jamón.

Las víctimas de los robos (no los jamones, sino los dueños) sostienen que los robos se producen cuando las empresas hacen pedidos antes de una feria importante, cuando tienen los almacenes llenos para abastecer las casetas.

Actualmente se celebra la feria de Granada. La próxima es la de Algeciras. La policía no descarta esta teoría. "Si los ladrones venden dos jamones por caseta, tardan una mañana en deshacerse de forma fácil de la mercancía robada", señala un investigador.

Damián Gómez ha pedido de urgencia una nueva remesa de jamones para la feria de Algeciras. Además ha optado por reforzar la seguridad de su nave, situada en un polígono industrial de Ronda. Con resignación, lanza un deseo: "No creo que aparezcan los jamones. Pero al menos espero que aparezcan los chorizos".

Lo más probable es que de los jamones no quede más que el hueso. Y que las deliciosas vetas hayan sido digeridas después de seguir un tortuoso camino plagado de bellotas, euros y ladrones. Es la Banda de los jamones.

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