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LA POSGUERRA DE IRAK | Cumbre del G-8

Bush pide que la OTAN se involucre en Irak

El presidente de EE UU logra el apoyo del G-8 a su plan de "Amplio Oriente Próximo "

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, sugirió ayer en sus contactos bilaterales con los líderes de los países del G-8 que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) debería participar con un papel activo, incluyendo tropas, en Irak. Francia y Alemania expresaron reservas a la participación de la Alianza Atlántica y, por supuesto, rechazan enviar soldados a Irak, pero Bush todavía confía en que estos dos países puedan flexibilizar su postura. La cumbre aprobó, después de múltiples cambios, una iniciativa norteamericana rebautizada Amplio Medio Oriente y Norte de África (Amona), cuyo propósito es propagar las reformas democráticas y económicas en la región.

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Las cadenas de televisión de EE UU clavaron sus cámaras en la misma residencia donde se celebraba la reunión. Bush, ataviado en camisa gris de manga corta y un jersey de algodón a tono, salía al jardín, recibía a cada invitado y les acompañaba al salón, donde estaba preparado el almuerzo. A la cita acudían representantes de un grupo de países de Oriente Próximo y Asia central: Afganistán, Turquía, Jordania, Barhein, Argelia y Yemen. Por supuesto, los líderes del G-8 y, finalmente, la estrella del encuentro, el nuevo presidente de Irak, Gazi al Yauar. El anfitrión convirtió el acto en un virtual peregrinaje de sus invitados a sus dominios.

Durante el almuerzo, Bush abrió la sesión. Aclaró, según relató uno de los presentes, que la iniciativa que acababa de aprobar el G-8, dirigida a promover reformas democráticas y económicas, sólo será posible si se hace desde dentro, es decir, desde las instituciones, organismos de derechos humanos y la sociedad civil de cada país. A continuación, hablaron casi todos los líderes de la región. Todos expresaron su deseo de llevar a cabo reformas. "No por presión de EE UU sino por necesidad de nuestros pueblos", dijeron, según la fuente consultada. Al final del almuerzo, según este funcionario, Bush dijo: "Un Irak libre cambiará toda la región. Este intercambio de ideas ha sido fascinante".

La declaración política aprobada ayer por la tarde (noche en España) tiene un título ambicioso: Asociación para el Progreso y el Futuro Común con la región del Amplio Medio Oriente y Norte de África. Los países miembros del G-8 (Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido, Canadá, Japón, Italia y Rusia) se comprometen a poner las bases de una asociación con los países de la citada región para apoyar las reformas dirigidas a fortalecer la "libertad, la democracia, y la prosperidad". El documento y la foto de Bush con los dirigentes de la región -algo devaluada por la ausencia de Arabia Saudí, Egipto y Marruecos- eran el objetivo central de Washington en la cumbre.

El documento se define a sí mismo como "un claro compromiso para actuar en el conflicto palestino-israelí según las resoluciones 242 y 338 de Naciones Unidas", así como la promoción de un final para el conflicto de Irak "mediante el fomento exitoso de un desenlace del proceso político y favoreciendo el compromiso y la participación de Naciones Unidas". El documento añade: "Reconocemos y apreciamos que las iniciativas propuestas del G-8 son estimulantes al reconocer la necesidad de un enfoque multilateral que apoye a los Estados reformistas, acelerando reformas, consolidando conquistas en dirección a un mundo más próspero y estable". Las palabras mágicas: "Enfoque multilateral". Los europeos entienden que esto es una concesión de Bush. Según esas fuentes, el presidente norteamericano tuvo que aceptar, entre otras, frases como la siguiente: "Serán los Estados quienes deberán decidir por sí mismos seleccionar y dar prioridad al plan que resuelvan poner en práctica". Es lo que los dirigentes de la UE llaman un menú de alternativas, algo que no estaba contemplado en el programa norteamericano.

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El proyecto original de Bush se llamaba el Gran Medio Oriente. Pero los dirigentes de la región y los principales países europeos hicieron ver a la Casa Blanca que la propuesta era demasiado genérica, casi un úkase. Habida cuenta de la invasión de Irak, podía interpretarse como un intento de imponer la democracia por la fuerza, una idea que el grupo de ideólogos neoconservadores de Bush ha propalado a los cuatro vientos.

"Lo que ha salido no tiene nada que ver con la idea original. Se trataba de un compendio de recetas sin profundizar. Una expresión de deseos. Los destinatarios, por otra parte, eran solamente los políticos. Se le ha dado completamente la vuelta", dijo a este periódico un asesor de Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea.

Bush, según fuentes de su Administración, ha conseguido dos de los tres objetivos que se había fijado para relanzar su campaña electoral: la resolución de la ONU, aprobada el martes, y el respaldo simultáneo del G-8 a su iniciativa, aunque retocada. Lo primero le refuerza tanto en el interior como en el exterior, al reparar sus relaciones internacionales. Lo segundo le permite presentar la invasión unilateral de Irak en un marco aceptable incluso para quienes se opusieron a la guerra, como Francia, Alemania, China y Rusia.

El tercer objetivo pendiente es la OTAN. Hasta el momento, la Alianza da apoyo logístico al mando polaco, pero Bush desea que Alemania y Francia flexibilicen su posición contraria a enviar tropas a Irak y promuevan alguna fórmula imaginativa. Esta participación marginal permite a Washington decir, como señaló un alto cargo de la Administración, que "la OTAN, en realidad, ya está en Irak".

Este funcionario añade: "Francia y Alemania entienden todavía que hay restricciones para que la OTAN juegue un papel más activo y desde luego se oponen a enviar tropas. Hay cosas, empero, que la OTAN podría hacer". Pero Bush no ha pretendido convencer ni al presidente Jacques Chirac ni al canciller Gerhard Schröder. Con ellos insinuó la cuestión, como con Tony Blair, sólo durante un par de minutos, según una fuente norteamericana. Chirac mostró en público sus reservas, aunque dijo que todo dependerá de lo que diga un Gobierno soberano de Irak.

Bush, en el centro, preside la mesa con los líderes de Rusia, Alemania, Italia, la UE, la Comisión Europea, Canadá, Japón, Reino Unido y Francia.
Bush, en el centro, preside la mesa con los líderes de Rusia, Alemania, Italia, la UE, la Comisión Europea, Canadá, Japón, Reino Unido y Francia.REUTERS

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