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Entrevista:TARSO GENRO | Ministro de Educación de Brasil

"Impulsaré la ley que establece el español como segunda lengua"

Se ha marcado el difícil reto de impulsar la "calidad" de la educación al mismo tiempo que la "cantidad" en un país con 60 millones de adolescentes, dos millones de maestros de educación básica y una ratio (el número de alumnos por clase) desmesurada. A la enseñanza media pasa una parte mínima. La mayoría de los alumnos de la escuela pública (que representan alrededor del 80%) ni siquiera tienen medios para pagarse los libros. El nuevo ministro de Educación de Brasil, Tarso Genro (São Borja, 1947) se propone revisar el modelo de financiación educativa para ampliarlo más allá de los ocho primeros años que componen la primera etapa de la educación, denominada fundamental. Quiere fortalecer además los tres años de educación media, la segunda etapa, que da acceso a la Universidad.

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Pero su propuesta más polémica ha sido que se destine el 20% de las plazas de las universidades privadas para los estudiantes más pobres. Esta iniciativa irá acompañada, dice el ministro, de la reserva del 50% de las plazas de las universidades públicas para los estudiantes que procedan de colegios públicos. En Brasil, los alumnos deben superar una dura prueba para entrar en los centros superiores públicos, los más demandados.

Tarso Genro acudió la pasada semana a España para establecer acuerdos de cooperación educativa con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y para intentar convencer al Gobierno español -al que ve con una "identidad" parecida al brasileño- de que le ayude a transformar una parte de la deuda en inversión en educación. Otros de sus retos son impulsar a la vez el español y el portugués y buscar la forma de implicar más a los centros educativos en el fomento de la lectura en Brasil.

Pregunta. ¿En qué va a consistir el cambio en el modelo de alfabetización de los adultos que ha anunciado?

Respuesta. Lo primero es el aumento de seis a ocho meses del proceso de alfabetización de los jóvenes y de los adultos. Lo segundo es apoyar los programas de alfabetización durante esos meses con una sustentación financiera a través de la bolsa-familia. Lo tercero es integrar la alfabetización en el grupo de formación que deben recibir todos los jóvenes y adultos, que es la de grado fundamental. Éstos son los tres objetivos que constituyen todo un proceso y que queremos alcanzar a lo largo de este año.

P. Dice que quiere para la educación brasileña calidad y no sólo la cantidad, y ha planteado rehacer el modelo de financiación. ¿Cómo lo hará?

R. Tenemos un fondo de financiación de la educación fundamental para los ocho primeros años de escolarización. Es un fondo significativo, pero hoy en día es ya insuficiente. Porque tenemos la necesidad de financiar la preescuela

[que equivaldría a la educación infantil española] y de mejorar la financiación de la enseñanza técnica y media. Estamos trabajando en la transformación de este fondo para ampliarlo. Esto exige más recursos y un aporte superior del Gobierno federal que tiene la tarea de redistribuir los recursos que vienen de los Estados. Con ese aumento de recursos queremos iniciar el impulso de la financiación sobre todo de la enseñanza media, es decir, de los tres años que preceden al ingreso en la Universidad, y de la preescuela. En esta etapa educativa, algunos Estados del país estámn en una situación dramática.

P. Una de sus principales preocupaciones es fomentar la educación media, es decir, la equivalente al bachillerato en España.

R. Sí, es la etapa más importante para poder ingresar en la Universidad. Tenemos que hacer un esfuerzo para potenciarla. Me daría por satisfecho con ser el ministro que ha comenzado seriamente este proceso, porque es al menos de 10 años.

P. Usted pretende que las universidades privadas reserven el 20% de sus plazas para alumnos pobres. ¿No está así fomentando la universidad privada en lugar de la pública?

R. Estamos haciendo las dos cosas. En los últimos ocho años, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha impulsado la ampliación de la enseñanza superior pública con tres nuevas universidades. Además, el espacio público está al mismo tiempo llegando a las universidades privadas con esa apertura de matrículas para los alumnos más desfavorecidos.

P. ¿Quién va a pagar ese 20% de las matrículas de los pobres?

R. Ya está pagado, porque muchas de esas universidades son instituciones beneficiarias que tienen la obligación por ley de ofrecer ese 20% de plazas gratuitas, aunque la verdad es que algunas veces no lo hacen. Es algo fácil de comprobar; basta con mirar las matrículas y verificarlo.

P. ¿Cómo va a hacer que lo cumplan?

R. Puede haber un control que parta directamente de la comunidad, es decir, de las propias organizaciones sociales.

P. Otra medida que pretende poner en marcha es la reserva del 50% de las plazas en las universidades públicas para los alumnos que procedan de escuelas públicas, una especie discriminación positiva.

R. Sí, exacto. Es una forma de aplicación real del principio de igualdad formal. Por lo tanto, es una fórmula totalmente republicana y es extraño que una parte de la élite brasileña o incluso de una élite interna de la Universidad haya reaccionado en contra.

P. ¿Va a impulsar la ley que pretende establecer el español como segunda lengua de oferta obligatoria para los centros, que se encuentra parada en el Senado de Brasil?

R. Sí. Y creo que es fundamental que haya una reciprocidad. Es decir, que el portugués sea una segunda lengua en los países de lengua española y que el español lo sea en los de idioma portugués. Porque esto representa una integración política y lingüística que es necesaria hoy en día porque las relaciones internacionales tienen una estructura nueva. La apuesta por la lengua facilitará que se alcancen unas relaciones económicas importantes.

P. ¿Se aprobará por fin esta ley, que lleva más de 11 años discutiéndose, durante su mandato?

R. Si depende de nosotros, mi opinión es que sí.

P. ¿Qué pretende hacer con el programa Literatura en mi casa, puesto en marcha hace cuatro años, que persigue lograr que los niños sin recursos vayan teniendo una biblioteca para ellos y para sus familias?

R. Este programa continúa, sólo lo estamos reorganizando porque no tenemos el control de utilización de los libros. Estamos haciendo ahora la distribución para este año de 12 millones y hay otros tantos almacenados. Es un buen proyecto, y a lo largo de este año vamos a trabajar para perfeccionarlo con el fin de verificar el aprovechamiento de los libros por los alumnos, del que no hay en la actualidad un control efectivo del ministerio.

P. ¿En qué sentido puede renovarse este programa?

R. En una mayor implicación de la propia red escolar en el fomento de la lectura.

P. ¿Van a potenciar también la creación de materiales para potenciar la educación media?

R. Sí. Hemos iniciado por primera vez la distribución de libros para la enseñanza media, que no había.

P. ¿Cuál es el reto por el que quiere que se recuerde su gestión como ministro de Educación?

R. La cualificación de la enseñanza básica y la apertura de la Universidad a las clases populares, a los más desfavorecidos. Es importante lograr que el mayor número de personas lleguen a la escuela superior en Brasil.

P. ¿En qué aspectos pretenden establecer una colaboración con el Gobierno español?

R. Primero queremos reanudar las relaciones y mejorarlas, porque los gobiernos en España y Brasil actuales tienen una identidad política y estratégica muy clara. También queremos intentar que España nos ayude en nuestro objetivo de transformar parte de la deuda pública en inversión en educación.

P. ¿Cree que es posible llegar a un acuerdo en este sentido?

R. Tengo la certeza de que el Gobierno de Zapatero tiene una sintonía muy buena con el de Lula y creo que es posible porque lo que pretendemos es iniciar las negociaciones.

Tarso Genro, en la sede la OEI de Madrid.
Tarso Genro, en la sede la OEI de Madrid.ULY MARTÍN

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