Cuatro autores reivindican la novela como reconstrucción de la memoria
José Luis Sampedro y Joaquín Estefanía participan en un animado debate sobre Europa
Primer domingo de feria y lleno total. Ayer hubo muchísima gente recorriendo las casetas y en los pabellones. En el de Europa, los aplausos interrumpieron las intervenciones de José Luis Sampedro y de Joaquín Estefanía. Ambos llamaron a la responsabilidad del voto en las elecciones europeas del 13 de junio. En el Martín Gaite se concentraron los amantes de la literatura. La mayoría de los asistentes llevaban libros de los cuatro escritores -Josefina Aldecoa, Juan Eduardo Zúñiga, Luis Mateo Díez y Tomás Val-, que reivindicaron la novela como herramienta de construcción de la memoria.
"Europa es una cultura y un estilo de vida, que hay que defender", dice José Luis Sampedro
"Hay interés entre los jóvenes por conocer la historia de su país", afirma Zúñiga
Lo cierto es que no todos los escritores (los cuatro de Alfaguara) estuvieron de acuerdo en el papel de la memoria en la literatura. Moderados y azuzados eficazmente por Nativel Preciado, lo que en principio parecía una pacífica charla de amigos se convirtió en un vivo debate, gracias sobre todo al concurso de Tomás Val. "Me pregunto si a lo que llamamos memoria no deberíamos llamar imaginación. Es imposible reflejar la verdad en la literatura, cuando la recreas ya la estás alterando. Es imposible transcribir literalmente la realidad. La literatura tiene sus propias leyes", afirmó el autor de El secreto del agua.
Josefina Aldecoa, que acaba de sacar la segunda edición de sus memorias, En la distancia, replicó: "La literatura no tiene la función de interpretar fielmente los hechos como la historia, sino de explicar cómo los has vivido". Puso un ejemplo. "En junio de 1936, yo tenía 10 años, iba al colegio y tenía un maestro fabuloso. Cuando acabó el curso me fui de vacaciones con mis abuelos. Luego vinieron mis padres y me dijeron que habían fusilado a mi profesor. No logré entender bien entonces qué había pasado. Pero quedó dentro de mí un dolor grande. Todo eso es real y el escritor trata de transmitirlo".
"Como dice Borges, es el recuerdo del recuerdo de un recuerdo", afirmó Val. "El escritor lo explica como lo vivió y ésa es la verdad", insistió Aldecoa.
"No me interesa tanto la literatura pegada a la realidad", afirmó Val. "El escritor puede ser cronista y testigo", contraatacó Zúñiga, que citó la descripción de la batalla de Waterloo que hizo Stendhal. "La historia es fantasía trabajando a muy bajo rendimiento. La memoria es fantasía trabajando a gran velocidad", aseguró Val. "Citaré a Santayana: los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla".
Zúñiga, autor de Capital de la gloria, sobre el Madrid sitiado y bombardeado durante la Guerra Civil, dijo que percibe un gran "interés entre los jóvenes y entre la gente de mediana edad por conocer la historia de su país". "Se abre como perspectiva de una corrección posible de futuro: que no se repita lo que sucedió".
"Una parte sustanciosa de la memoria humana está conservada en ese patrimonio que es el imaginario de la novela", añadió Luis Mateo Díez. "La novela ayuda a la reconstrucción del pasado. A menudo es difícil recuperar lo que se perdió si no es a través de la literatura y el arte".
Hubo casi unanimidad en la definición que Mateo Díez hizo de lo que, para él, es la clave de la literatura: "El maridaje de memoria e imaginación". Zúñiga añadió que las experiencias dominantes de una vida influyen en la literatura a través del sueño, "porque en éste se reconstruye lo vivido". Mateo Díez, que ha publicado recientemente El eco de las bodas, coincidió en que "el territorio del sueño es lo que da la tonalidad de lo que uno escribe".
El escritor y ex senador José Luis Sampedro y el periodista Joaquín Estefanía, director de la Escuela de Periodismo de la Universidad Autónoma de Madrid-EL PAÍS, se encontraron en el pabellón de Europa se Construye con Libros para hablar del presente y el futuro de la Unión Europea. A sus ochenta y bastantes años, Sampedro está más combativo que nunca. "Ahora que una viceconsejera de la Comunidad de Madrid [en referencia a Carmen González] reivindica la ignorancia, es importante decir que Europa se construye de libros, pero no como si se utilizaran para levantar paredes, sino con los que se leen".
"¿Qué es Europa para usted?", le preguntó Estefanía. "Una cultura y un estilo de vida, que hay que defender de las agresiones externas. Su raíz no está en el cristianismo, que es un injerto tardío, sino en Grecia, de donde nace la razón y la democracia, una razón con la que combina los sentimientos. Una Europa en la que el dinero no debe ser la referencia de todas las cosas".
Se acercan las elecciones europeas y hay que votar, coincidieron ambos. "Hay que estar vigilantes", dijo Sampedro, "porque personas que ahora se presentan como defensoras de Europa han estado negándola durante ocho años". "Hay que estar vigilantes de que se cumpla lo que los socialistas prometieron en la campaña electoral: que el gasto social per cápita español se acerque al europeo", afirmó Estefanía.
Las críticas a la política exterior estadounidense fueron inevitables, y "al achantamiento", como dijo Sampedro, de Europa ante Sharon, Guantánamo o las torturas en Irak. "Todos los ciudadanos del mundo deberían poder votar en las elecciones de noviembre en Estados Unidos", dijo Estefanía. "Están explotando el miedo en todas partes, consiguiendo que la gente prefiera la seguridad a la libertad. Utilizan el terrorismo como truco para asustar", afirmó Sampedro. Ambos fueron largamente aplaudidos.
Babelia
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