Plus de fruta y sensualidad

La dirección de la bodega Jean León por el joven Miguel Torres -suaves y educados modales para una firme determinación- está dando sus frutos. No contento con heredar una bodega de prestigio y mantener la calidad que la ha hecho famosa, ha iniciado una renovación en profundidad de la oferta de tintos de gama alta, con un diseño más amable, gracias al toque de merlot que aporta un plus de fruta y sensualidad, permitiendo una degustación más temprana.

Un diseño, éste de Zemis 2000, que conjuga hábilmente la visión comercial que distinque a la familia con las exigencias de calidad. Así, el vino ofrece, en primer contacto olfativo, un sugerente paisaje aromático donde impera la compota de frutillos rojos y negros, arropados por la presencia significativa de la excelente madera francesa, que deja un aliento de especias y tostados. Hay, en su paso de boca, una agradable sensación de plenitud, la carnosidad de un tinto elegante y vivo que baña el paladar con la profundidad de sus tatinos maduros. Tal vez sea necesario esperar un par de años para que el roble termine de fundirse plenamente con la fruta. Pero ya hay amor a primera vista.