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Bush pierde su batalla judicial contra la eutanasia en Oregón

Un tribunal federal confirma la ley de suicidio asistido

Un tribunal federal de apelaciones ha reafirmado la única ley en EE UU que permite la eutanasia, en el Estado de Oregón. El dictamen es una victoria para la filosofía federalista de descentralización de poder y una derrota para George Bush, que ordenó ilegalizar la eutanasia. Los magistrados aclaran que no se pronuncian sobre la moralidad del "suicidio asistido" sino sobre quién puede decidirlo: los Estados.

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"El intento unilateral del ministro de Justicia de regular las prácticas médicas, históricamente encomendadas a los legisladores, interfiere con el debate democrático sobre la eutanasia y extralimita su margen de autoridad bajo las leyes federales", afirma el juez Judge Richard C. Tallman en nombre de la mayoría del tribunal.

El fallo se hace eco del gran costo humano que tendría el anular la ley vigente desde 1998: "Los doctores temerían recetar fármacos para acelerar el proceso de muerte; los farmacéuticos tendrían miedo de despacharlos; y los pacientes se tendrían que conformar con continuar sufriendo, agonizando lentamente".

La ley, que ya han utilizado al menos 171 personas en Oregón, ha tenido varios tropiezos. En 2001 el ultraconservador fiscal general John Ashcroft ordenó castigar a los médicos que recetaran fármacos letales a enfermos terminales que quisieran adelantar su muerte, lo que en EE UU se denomina "suicidio asistido por médico". Se sirvió de la Ley Nacional de Sustancias Controladas, que nada tiene que ver con "Ley de la Muerte con Dignidad" de Oregón, que es la que el tribunal de apelaciones ha vuelto a restablecer, y que había sido refrendada en las urnas en ese estado en 1994. La acción de Ashcroft tuvo muy mala acogida en Oregón y el fiscal general estatal, Hardy Myers, acudió a los tribunales para bloquear la orden de Ashcroft.

Hacia el Supremo

En 2002 la justicia dio la razón a Oregón y anuló la normativa de Ashcroft, que no se rindió: acudió a un tribunal superior, que ayer le volvió a asestar otro revés. El portavoz de su despacho, Charles Miller, dijo anoche que estudiaban recurrir ante un panel de apelaciones con 11 magistrados en vez de tres, que según las leyes estadounidenses es el siguiente paso antes de ir al Supremo.

Organizaciones proeutanasia celebraron la decisión de la Corte Federal de Apelaciones. "Quienes aún se oponen a esta ley en Oregón lo hacen por razones morales, pero han perdido no sólo en los tribunales de justicia sino en los de la opinión. Ahora sólo pueden intentar es ejercer presión política", declaró Barbara Coombs Lee, presidenta de la Federación para la Compasión en la Muerte, favorable a la eutanasia.

En contra se sitúan organizaciones como Doctores a Favor de un Cuidado Médico Compasivo, cuyo portavoz, Greg Hamilton, criticó ayer a los magistrados por anteponer los poderes estatales a los federales "privando a ciudadanos vulnerables de Oregón de las protecciones disponibles en los otros 49 estados".

La ley permite a enfermos adultos a los que queden menos de seis meses de vida solicitar fármacos letales a sus médicos. Al menos dos doctores tienen que certificar que los pacientes están en posesión de sus plenas facultades mentales. La dosis, que es recetada por un médico, se la tiene que administrar el propio enfermo.

Por este tipo de eutanasia han optado anualmente en Oregón unas 30 personas, lo que equivale a una de cada 1.000 muertes en ese Estado, de acuerdo al registro de defunciones.

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