Pilar Bardem da vida a la sabiduría de María Zambrano en una nueva película
José Luis García Sánchez y Rafael Azcona reconstruyen el mundo de la gran pensadora
Residencia de Estudiantes, hacia finales de los ochenta. Cerca de uno de los bancos del patio, una cámara rueda lo que otra cámara rueda: el encuentro de una periodista con una mujer de pelo blanco, con la cabeza ligeramente ladeada hacia un lado, de aspecto ya frágil por el peso de los años. Es María Zambrano.
La película de verdad la dirige José Luis García Sánchez con guión de Rafael Azcona. Se llama Querida María. La otra, la de la ficción, es obra de una joven periodista que interpreta María Botto.
La tragedia y la piedad, la escritura, los sueños y la sombra de los dioses, los imprevisibles caminos del tiempo, la dificultad de vivir, el exilio y el amor fueron, entre otros, algunos de los temas que preocuparon a esa mujer que ahora habla en el patio de la Residencia de Estudiantes en la ficción que rueda García Sánchez. "Ser humano es ser culpable, como toda la sabiduría trágica ha sabido siempre", escribió María Zambrano (Vélez-Málaga, 1904-Madrid, 1991). O también que "el saber es algo que nace de la pasión, es decir, de un padecer la verdad de la vida antes de que se presente, de haberla concebido como todo lo que se concibe antes de que nazca".
Tiene que ser difícil contar en la pantalla una vida que sobre todo está hecha de palabras, de palabras que tienen además que ver con la filosofía, habitualmente tan árida para los mortales. José Luis García Sánchez: "El desafío de una película de estas características es el de dar a conocer el mundo de una mujer apasionante. Nos hemos acercado a María Zambrano a través de los ojos de una periodista que la descubre cuando la envían a entrevistarla cuando recibe el Premio Cervantes. La relación con la pensadora le cambia radicalmente la vida".
La Residencia de Estudiantes, pero también la Puerta del Sol, la plaza del Conde de Barajas, el edificio de las Cigarreras (la antigua fábrica de tabaco), el Ateneo, Segovia... La joven periodista que ha descubierto a María Zambrano termina por dedicarse al cine y por embarcarse en un documental sobre la vida de la pensadora. Todos esos lugares son relevantes en su vida. El nacimiento de la República, su pasión por el estudio y el conocimiento, su vida cotidiana.
Pilar Bardem es María Zambrano. "He tenido que hacer mío todo lo que dice en la película para que salga desde dentro y fluya con naturalidad. Ha sido inevitable tomarse algunas libertades. Tenía, por ejemplo, una forma muy monocorde de hablar, que he tenido que hacer más vivaz", explica la actriz, que confiesa haber descubierto a la filósofa gracias a este trabajo.
Es también lo que le ha pasado a María Botto, que interpreta a la joven que ve cómo su vida cambia cuando conoce a la pensadora. "Sabía de muchas mujeres de la República, pero no conocía a María Zambrano. Lo que me ha sorprendido es su capacidad para comunicar lo que piensa y el contenido poético de sus reflexiones. Y, claro, me asombra que luchara toda su vida en las condiciones más difíciles, y que saliera adelante, siempre comprometida con sus ideas".
Querida María no ha terminado aún de rodarse, pero le queda poco. No es una película cara, su presupuesto está por encima del millón de euros. La han producido Redacción 7 Andalucía y Maestranza Films. Está la vida de la filósofa, pero a través de ella se reconstruye también la historia de España. La República, la guerra, el exilio.
Junto a los detalles minúsculos que tienen que ver con la coquetería de María Zambrano, que Pilar Bardem ha incorporado a su interpretación, han surgido también pequeños contratiempos. "Fumaba permanentemente, y yo he dejado de fumar hace un tiempo y por ahí no he querido pasar por mucho que lo exigiera el guión", cuenta Pilar Bardem. Así que ha habido que ingeniar alguna estratagema para recoger las volutas de humo que rodeaban a la pensadora.
"Lo que descubre a través de María Zambrano la periodista que interpreto es que todos tenemos una serie de limitaciones que tenemos que asumir para seguir adelante", explica María Botto. José Luis García Sánchez habla de la idea que la escritora tenía del fracaso. "Es la medida del hombre", dice. "No siempre todo sale como se quiere, pero también se aprende de las derrotas".
Otro aspecto que la película atrapa es el carácter místico de muchas de las ideas de la pensadora. "No es algo estrictamente religioso, simplemente reconoce que hay algo que está más allá y que muchas veces es lo que da sentido a lo que hacemos", comenta Pilar Bardem. "Yo tiendo a rezar a la Virgen, pero no porque sea creyente. Es sólo una manera de reconocer tu propia fragilidad cuando te enfrentas a lo que haces cada día".
En la película intervienen también Alex O'Dogherty, que interpreta al novio de María Botto, y María Galiana y Juan Diego. "Es una película pequeña. Pero merece la pena hacerla si permite conocer mejor a María Zambrano", comenta García Sánchez.
Una mujer en un tiempo de desgracias
María Zambrano saludó con entusiasmo la llegada de la República y se volcó en defenderla cuando se produjo el alzamiento: el 18 de julio se sumó al manifiesto fundacional de la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura. Pero se casó en septiembre de ese mismo año y viajó a Chile con su marido, que acababa de ser nombrado secretario de la Embajada en Santiago. Regresó a España el 19 de junio de 1937, cuando las cosas se ponían cada vez más feas, justo cuando caía Bilbao en manos de los franquistas. Luego partió al exilio cuando la guerra estaba a punto de terminar e inició un largo exilio que la llevó por lugares muy diferentes del mundo. Enseñó Filosofía, conoció a muchos de los grandes escritores del pasado siglo y no dejó de publicar, aunque su obra tardara mucho en franquear las fronteras. "Es una mujer esencial en la historia de la cultura española, pero se la conoce muy mal", explica José Luis García Sánchez, que espera que la película sirva sobre todo para dar a conocer a esta mujer de la que se cumple ahora el centenario de su nacimiento.
En 1984, regresó a España. Se empezaba en esos años a reconocer la grandeza de su obra. En 1981, le concedieron el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, y en 1988 le llegó el Cervantes. La película arranca en ese momento. Pilar Bardem interpreta a una María Zambrano ya en el ocaso de su vida, pero que mantiene intactas su capacidad de seducción y su enorme talento para comunicar de manera diáfana los pensamientos más sofisticados. Para cuantos han participado en María querida ése ha sido uno de los grandes descubrimientos, la proximidad de sus ideas con el curso de la vida. "Pilar Bardem ha sabido transmitir lo que escribió y pensó María Zambrano", cuenta María Botto. "Y conseguía emocionarme una y otra vez, hasta el punto de conseguir que el director me llamara la atención, sugiriéndome que no llorara en cada una de las secuencias". Fue una mujer que llenó de pasión la filosofía. Ahora toca que la película traslade al espectador la energía de su pensamiento.
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