Dos ficciones
Organizaciones como Rainforest Action Network, Global Exchange o incluso Greenpeace están aprovechando la catástrofe climática que asolará Nueva York en la ficción para advertir de los peligros reales del efecto invernadero.
Piensan acudir a las salas donde se proyecte la película a repartir información al respecto. Unos, como Rainforest Network, distribuirán postales en 110 salas de 80 ciudades con la fotografía de un coche enterrado en la nieve que cubre el Manhattan de El día de mañana. Otros, como Moveon.org, enviarán a 8.000 voluntarios a hacer campaña a favor de una ley dirigida a controlar las emisiones de CO2, que, rechazada el pasado otoño en el Senado, vuelve a votarse en junio, y a la que el presidente Bush se opone.
"Nos enfrentamos a dos ficciones: la que plantea el filme y la de la versión de la Administración de Bush sobre calentamiento global", declaró Al Gore, vicepresidente durante el Gobierno de Clinton. George Bush ha censurado informes que alertaban de esos peligros y ha prohibido a los científicos de la NASA que hagan valoraciones sobre lo que plantea el filme. Y mientras el pasado lunes destacados miembros del conservador Cato Institute denunciaban en Washington que la película sólo dice tonterías y que es pura propaganda política, otros como el profesor de Princeton Michael Oppenheimer, flanqueando a Al Gore en Nueva York, reconocía a este periódico las inexactitudes del filme, pero alababa el efecto de concienciación que podía tener sobre el público. "Nadie se va a creer al pie de la letra la película, la gente sabe la diferencia entre realidad y fantasía. Lo importante es que si, además de divertir se les recuerda que estamos ante un problema real y que hay que hacer algo para atajarlo, las inexactitudes científicas dan igual". Por su parte, Daniel Schrag, paleoclimatólogo de la Universidad de Harvard, no tuvo problema en desmenuzar la falta de rigor del filme frente a los críticos de Bush, aunque lo alabó por demostrar que "estamos realizando con la Tierra un experimento a escala planetaria de consecuencias imprevisibles".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.