Cataluña impartirá estudios universitarios europeos en octubre

La revolución universitaria empieza el próximo curso en Cataluña. Once universidades catalanas han presentado ya 45 titulaciones adaptadas al nuevo espacio europeo de enseñanza superior. Las carreras empezarán a impartirse en octubre, tras el visto bueno del Departamento de Universidades y la agencia de calidad universitaria catalana, y tal como establece el Plan Bolonia, se dividirán en grados y posgrados.

Las universidades catalanas y el Departamento de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información (DURSI) firmaron ayer un convenio de colaboración por el cual las primeras desarrollarán, a partir del próximo curso académico y hasta el 2007, el plan piloto Boloña adaptado al futuro espacio europeo de enseñanza superior, previsto para el año 2010.

Se prevé que las 45 titulaciones propuestas por los 11 centros públicos y privados se impartan en los niveles de grado (equivalente a tres años o 180 créditos europeos) y posgrado o master (dos años más o 120 créditos).

La diferencia entre estos créditos y los de la enseñanza superior española es que para completar éstos se contabilizan únicamente las horas de clase, mientras que en el caso de los europeos suman también las horas de estudio y trabajo individual y en grupo.

Con la puesta en marcha del espacio europeo de educación superior, los títulos, las enseñanzas y la calidad de la educación universitaria tendrán el mismo valor independientemente de la universidad y el país donde se haya conseguido el título. El consejero de Universidades, Carles Solà, subrayó ayer que este cambio, que supone una total transformación en las titulaciones, los sistemas de evaluación y los modos de enseñanza, se inicia en Cataluña mientras que en España "la cuestión está completamente paralizada". Solà destacó también la dificultad que supone el proceso de adaptación al nuevo espacio europeo común, "ya que implica un cambio de mentalidad". El titular del DURSI reconoció que la labor de los profesores también se transformará completamente: darán menos horas de clase y su tarea se centrará especialmente en dirigir el aprendizaje del estudiante. El proyecto europeo supondrá la revisión y la modificación de los planes de estudios y, según, Solà, no se descarta que algunos docentes deban cambiar de asignatura. El director general de Universidades, Ramon Vilaseca, recordó que el objetivo final es "que los estudiantes salgan beneficiados con el cambio", ya que el espíritu de Bolonia propugna que "la universidad es la que se adapta al estudiante, y no al revés".

Por su parte, Lluís Arola, rector de la Universidad Rovira i Virgili y representante de las universidades públicas, mostró su satisfacción por "el papel de catalizador" que ha asumido el Gobierno catalán.