El Rey apela a la cultura para combatir la barbarie
El drama de la guerra y el terrorismo, citados en el acto inaugural del Fórum de la paz
El rey Juan Carlos presidió ayer por la tarde la inauguración oficial del Fórum de Barcelona. En su discurso manifestó la esperanza de que la cultura y el respeto de los derechos humanos destierren la barbarie del terrorismo. El acto se celebró sin himnos, pero sí hubo banderas discretamente ubicadas entre el decorado del escenario. Fueron las de Sant Adrià de Besòs, Barcelona, Cataluña y España. No fue la única sorpresa en el protocolo. En el turno de oradores se dio la palabra a una representante del primer diálogo del Fórum. La ciudad como espacio de integración cultural, la oportunidad de un Fórum que hable de la paz en un momento tan lamentablemente oportuno, con citas a Irak, fueron los ejes de los discursos. En la sala se escucharon palabras en inglés, francés, catalán y castellano. La mayoría de oradores alternaron el catalán y el castellano.
El Rey, la Reina, el príncipe Felipe, Letizia Ortiz y la infanta Cristina llegaron con puntualidad al edificio emblemático del Fórum, donde don Juan Carlos descubrió una placa conmemorativa. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, con un pinzamiento de rodilla, no estaba en la comitiva de bienvenida y se incorporó directamente a la sala de actos.
Anna Tibaijuka, directora ejecutiva de la agencia de Naciones Unidas UN-Habitat, defendió la ciudad como espacio de integración cultural y destacó el papel de Barcelona en este sentido.
Koichiro Matsuura, máximo responsable de la Unesco, entidad que respalda el Fórum, apeló a conocer y reconocer las diferencias entre las culturas y los hombres para dar a este nuevo siglo la posibilidad de alcanzar la armonía.
El alcalde de Sant Adrià, en parte de cuyo territorio se instala el Fórum, Jesús María Canga, destacó: "El Fórum no es el final de nada, es el inicio esperanzador de una nueva manera de entender las relaciones humanas". Joan Clos, alcalde de Barcelona, advirtió que, al mismo tiempo, disminuye el papel congregador tradicional de las doctrinas, y aumenta la información. "Es necesaria la emergencia de una nueva cultura de la convivencia, que sea democrática, cosmopolita, civil y culta o no tendremos siglo XXII". Clos recordó que la paz, como estado permanente y no sólo como periodo entre guerras, apenas hace tres siglos que se vive como una necesidad. Y señaló como signo de esperanza que la misma humanidad que hace la guerra es capaz de crear cultura y definir valores de paz, aunque no es admisible "la paz de los muertos o del silencio".
Maragall resaltó la oportunidad de este Fórum centrado en la paz y la diversidad. "Hace ocho años, cuando empezó todo esto, nadie creía que ese tema sería hasta tal punto el tema". Celebró la ampliación de la Unión Europea, "pero", prosiguió aludiendo a las fotos de torturas en Irak, "hemos visto imágenes terribles en los últimos días". "El mundo se puede ya mirar en el espejo de sus horrores. En realidad, esa globalización de las imágenes es un alivio para los desdichados que se veían obligados al odio por la ignorancia generalizada de sus desdichas". Maragall concluyó ofreciendo Barcelona y el Fórum "para que el mundo se mire desde aquí a sí mismo y entienda que hay que devolver a las palabras su sentido".
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que recibió el aplauso más sostenido por parte de los invitados, consideró en su parlamento que el Fórum de Barcelona "es una inversión de futuro" y sus beneficios "perdurarán en el tiempo porque ha sabido conjugar cultura y ciudad". Zapatero, que resaltó la diversidad lingüística y cultural de Europa y España, alabó la iniciativa del Fórum y se refirió también a la reclamada y pendiente Carta Municipal de Barcelona, que, indicó, tiene que servir "de inspiración para el nuevo modelo de gobierno local y de vanguardia de las políticas urbanas de España y de otros lugares del mundo". Zapatero indicó ayer que la Carta Municipal de Barcelona "merece que el Gobierno la impulse". El rey Juan Carlos, que también alternó el catalán y el castellano, afirmó que el progreso plantea cuestiones cada vez más complejas. "Tenemos, pues, que ayudar a construir el siglo XXI que deseamos. El Fórum que hoy comienza pretende aportar enfoques innovadores. Y quiere, sobre todo, ampliar el legado que cada generación tiene obligación de transmitir a las siguientes". Tras elogiar Barcelona y los barceloneses por este empeño, el Rey tuvo unas palabras de recuerdo a la cercana tragedia terrorista de Madrid: "Aspiramos a un mundo más justo, más próspero y más solidario, en el que domine la paz y el respeto a los derechos humanos y en el que se destierre para siempre la barbarie terrorista, siempre cruel y sanguinaria, que el pasado 11 de marzo nos sumía a todos los españoles en el más profundo dolor e indignación".
El Monarca concluyó señalando la doble ambición del Fórum, "por su vocación universal y por plantearse esencialmente desde el ámbito de la cultura, es decir, desde aquellos valores y lazos que sustentan y dan sentido a la sociedad. Aspira a consolidarse en la agenda internacional como un encuentro periódico de las cuatro esquinas del mundo". La ceremonia concluyó con una cita musical que transitó por variaciones de jazz y bossa nova, a cargo de la brasileña Rosa Passos, y de la canción tradicional catalana el Cant dels ocells. Tras el acto, el Rey visitó la exposición Ciudad-Esquinas y elogió las maquetas.La fiesta concluyó en el auditorio encarado al mar. Toda la clase política catalana y los presidentes autonómicos andaluz, aragonés, asturiano y madrileño estaban presentes. También Jordi Pujol. No acudió José María Aznar.
Fuera del recinto, unas 500 personas manifestaban su oposición al evento. Haciéndose oír con silbatos y cacerolas, vigilados por la policía, lanzaban globos con los nombres de las empresas patrocinadoras involucradas en el comercio bélico. Al final hubo una carga contra unos 20 manifestantes.
Babelia
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