Los nuevos países de la UE, rivales de Cataluña en la venta de tecnología

La ampliación de la UE, con 10 nuevos miembros de pleno derecho desde el pasado 1 de mayo, implicará más rivalidad para la economía catalana en el mercado de las exportaciones de tecnología, según un estudio de la revista Nota d'Economia, elaborada por el Departamento de Economía y Finanzas de la Generalitat. El mismo estudio pronostica una lucha encarnizada entre los países del este ya integrados en el club europeo y Cataluña a la hora de atraer futuras inversiones.

La industria de los nuevos socios ha ganado en competitividad y ha experimentado una progresión espectacular. Entre 1995 y 2002, las exportaciones de productos tecnológicos de países del este a la UE pasaron del 13,4% al 29,8% respecto al total de ventas al exterior. En idéntico periodo, Cataluña exportó el 1,1% más (pasó del 31,6% en 1995 al 32,7% en 2002). En el marco de este sector de mercado, la diferencia entre la industria catalana y la de los socios orientales de la UE se ha reducido 15,3 puntos en siete años.

Los países de la ampliación han orientado su patrón de productividad hacia actividades intensivas en conocimiento y productos de alta calidad, según el informe. Para que Cataluña logre sobreponerse al impacto que supone una competencia amplificada, debe incentivar la innovación y la creatividad de sus productos. El estudio, elaborado por el profesor de Economía y Empresa de la UOC Josep Lladós y la asesora de asuntos europeos del Patronato Catalán pro Europa, Tatiana Fernández, señala cuáles serán los principales rivales de Cataluña si finalmente su entramado industrial no mejora su nivel de competitividad: Hungría, la República Checa, Eslovaquia, Eslovenia y Polonia.

Falla la calidad

Los autores subrayan que el principal problema es "una cierta debilidad de las exportaciones catalanas de calidad", en contraste con la metamorfosis del sector en el este, donde se ha pasado de los bajos costes laborales al desarrollo de actividades más sofisticadas. "Las multinacionales han tenido un papel clave en la transformación de los tejidos productivos de estos países y en el cambio de patrón del comercio exterior, igual que sucedió en Cataluña a mediados de los años ochenta".

Otra tara para la economía catalana es la escasa inversión privada en investigación, desarrollo e innovación, ligeramente por debajo de la que reciben, por ejemplo, Eslovenia y la República Checa.

El principal puntal que ha permitido el crecimiento de las exportaciones tecnológicas catalanas lo constituyen los sectores químico, de alimentación y bebidas, y de equipamiento eléctrico y electrónico.

En el estudio no se ha analizado la situación de dos de los nuevos socios: Chipre y Malta, aunque sí se ha tenido en cuenta la situación de Bulgaria y Rumania, los dos próximos candidatos a ingresar en la UE.