Innovación y futuro

La innovación es hoy la gran protagonista. Todos compartimos que representa un valor imprescindible para garantizar nuestro presente y nuestro futuro, todos queremos que forme parte de nuestro entorno. La deslocalización -o relocalización, como dice el profesor Manuel Castells- de algunas empresas industriales en Cataluña ha acentuado el debate sobre el modelo económico y la necesidad de acelerar el tránsito hacia otro que tenga la innovación en su centro. Otro modelo que reconozca, por una parte, que el conocimiento es el gran activo y el principal recurso y, por otra, que la globalización nos permite actuar en tiempo real a escala planetaria en conexión con redes muy diversas.

En este escenario, Barcelona tiene hoy más de un millón de puestos de trabajo localizados, cifra récord en nuestra historia y que aumenta aún de valor cuando comprobamos que los sectores económicos con más crecimiento son los intensivos en conocimiento. El modelo pactado en el momento de iniciar el Plan Estratégico de Barcelona de 1988 nos ha permitido dar el salto de escala que nos propusimos. Ahora, el I Plan Estratégico Metropolitano, aprobado hace menos de un año, plantea un nuevo impulso del modelo reconocido en todo el mundo, el modelo de Barcelona, con el reto de encarar la renovación hacia una metrópoli de servicios de alto valor añadido.

Algunos elementos relevantes impregnan desde mi punto de vista todas las definiciones de innovación: un proceso relacionado con el aprendizaje que genera hábitos tiene un fuerte impacto social, necesita la tecnología, implica asumir riesgos y es ejercido por personas inquietas. Las personas innovadoras no son las que se adaptan a los cambios, sino las que los generan, que promueven el cambio. En Barcelona tenemos numerosos ejemplos de personas y proyectos innovadores: Custo Barcelona marca tendencia en el mundo internacional de la moda, la compañía La Fura dels Baus se presenta en los principales escenarios globales, la empresa de biotecnología Era Plantech (iniciada por cinco mujeres y participada por Barcelona Emprèn) modifica genéticamente plantas para producir proteínas, el Parc de Recerca Biomèdica y el Parc Científic de Barcelona son infraestructuras internacionalmente competitivas, Ferran Adrià ha situado los fogones catalanes en las portadas del New York Times y Le Monde, el Distrito 22@ es una referencia de nuevo urbanismo para una nueva economía, el espacio Porta 22 de nuevas ocupaciones, creado por Barcelona Activa, fomenta las nuevas culturas del trabajo.

Son algunos ejemplos entre otros del hecho de que Barcelona es una ciudad de innovación, que la innovación va más allá de la tecnología (si bien ésta es imprescindible) y que es multidimensional: tecnológica, de organización, de procedimiento y social. No por casualidad la evolución social ha adoptado las formas más elaboradas en sociedades tecnológicamente muy desarrolladas.

En la cumbre de Barcelona de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se planteó el objetivo de incrementar el gasto en I + D hasta el 3% del PIB europeo. Cerca de dos años después, en España y en Cataluña (1,03% y 1,27% respectivamente), estamos lejos del objetivo y seguimos por debajo de la media europea. Desde las instancias europeas se pide que el fomento de la innovación sea una política transversal que disponga también de una dimensión local. El ámbito local tiene que generar un entorno propicio a la innovación para atraer actividades económicas de nueva generación que necesiten creatividad, retengan el talento y fomenten valores como la diversidad, la cohesión, la calidad humana y las redes ciudadanas. El Ayuntamiento de Barcelona es un ayuntamiento innovador. Desde el Área de Empleo e Innovación queremos identificar el potencial innovador, dar visibilidad a iniciativas y agentes innovadores, crear redes de innovación, renovar el impulso a la iniciativa emprendedora, promover nuevas oportunidades profesionales y ampliar la financiación de proyectos innovadores.

Barcelona ha sabido superar las crisis industriales anteriores porque ha contado con personas y con propuestas generadoras de cambio. Tenemos personas con ideas y capacidad para aplicarlas. Es necesario reforzar el entorno innovador de la ciudad para dar el salto cualitativo que ahora se impone y preparar Barcelona para ser un lugar donde se produce lo inesperado: la crítica, la iniciativa, la observación externa, el estilo colaborador. Ahora es necesario un nuevo impulso al modelo Barcelona, un cambio hacia una metrópoli de servicios de alto valor añadido. Nuestra acción es complementaria a la que deben aplicar los otros niveles de gobierno -la Generalitat y el Ejecutivo central-, así como otras instancias del mundo empresarial, académico y social. Para ser una ciudad de innovación necesitamos y queremos la implicación activa de todos.

Maravillas Rojo es concejal de Empleo e Innovación del Ayuntamiento de Barcelona.