Naciones Unidas investigará la corrupción en el programa Petróleo por Alimentos
El ex presidente de la Reserva Federal estadounidense Paul Volcker dirigirá las pesquisas
El Consejo de Seguridad de la ONU respaldó ayer unánimemente la creación de una comisión de investigación, dirigida por el ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Paul Volcker, que se encargará de averiguar si se produjeron fraudes y malversaciones en el programa humanitario Petróleo por Alimentos. La ONU, preocupada por las posibles repercusiones del escándalo sobre su futuro papel en Irak, ha preferido tomar el toro por los cuernos, esperando limitar los daños. El secretario general, Kofi Annan, recordó que, pese a las posibles faltas, la operación tuvo un papel positivo.
"Estoy aquí para llevar a cabo una investigación justa y exhaustiva. Se han realizado importantes acusaciones contra la ONU que deben ser esclarecidas", dijo Volcker al mismo tiempo que reconocía los límites de su mandato: "No soy el FBI, ni una agencia gubernamental, así que tendré que llevar a cabo esta misión con la gente que sí tiene autoridad. No puedo citar a nadie a comparecer pero puedo preguntar".
Volcker deberá averiguar si funcionarios de la ONU, intermediarios y empresas internacionales fueron sobornados por el Gobierno de Sadam en los siete años que duró un programa destinado a paliar los efectos de las sanciones. "Si hay que levantar inmunidades diplomáticas se levantarán", anunció el ex responsable estadounidense. Le ayudarán en su tarea el juez sudafricano Richard Gladstone y el abogado suizo especialista en casos de corrupción, Mark Pieth.
El panel deberá entregar un primer informe preliminar dentro de tres meses. "Las acusaciones han hecho mucho daño" a la ONU, comentó Volcker, "si no tienen fundamento, habrá que repararlas, si lo tienen será necesario hacer una limpieza".
Más que apoyo logístico, la resolución del Consejo de Seguridad le dará un respaldo moral. El texto fue finalmente aprobado después de que Rusia, que albergaba dudas sobre la necesidad de la decisión, abandonara sus últimas objeciones. La resolución pide a los 191 miembros de la organización que "cooperen plenamente con todos los medios a su alcance".
Con la elección de Volcker, 76 años, veterano funcionario de seis presidencias estadounidenses, incluidas las de John F. Kennedy y Ronald Reagan, la ONU también espera calmar los sectores más conservadores de Washington que, desde las páginas de opinión de The Wall Street Journal, han lanzado ataques despiadados contra el programa y su responsable, Benon Sevan.
El organismo contable del Departamento del Tesoro estadounidense ha valorado en 10.000 millones de dólares el dinero escondido por Sadam: 5.700 millones procedentes del contrabando de crudo con países limítrofes (Siria, Jordania y Turquía), y 4.400 millones en comisiones que se cobraban por la venta del petróleo gestionado por la ONU. Esta semana, el Congreso estadounidense tiene previsto iniciar su propia investigación.
La ONU ya ha asumido que se descubrirán algunas corruptelas. Confía sin embargo en que el escándalo se limite a unos casos aislados y no afecte el papel que vaya a asumir en Irak. "Espero que los iraquíes se den cuenta de que, incluso en el caso de que algunos miembros de la ONU hayan cometido faltas, la organización en su conjunto hizo un esfuerzo genuino por ayudarles", declaró ayer el secretario general, Kofi Annan.
Petróleo por Alimentos se lanzó en diciembre de 1996 para aliviar los efectos del embargo. Permitía a Irak vender una cantidad ilimitada de petróleo a cambio de comida y medicinas. Fue la mayor operación humanitaria de la ONU, el único sustento del 60% de la población. A lo largo de siete años, hasta su disolución en noviembre del 2003 (los fondos se traspasaron progresivamente a la Coalición) gestionó 46.000 millones de dólares y se convirtió de hecho en administrador del país, construyendo casas y reparando infraestructuras.
El escándalo estalló cuando el diario iraquí Al Mada publicó el pasado enero una lista de 270 nombres, diplomáticos, empresarios e incluso políticos de 46 países, presuntamente sobornados por el Gobierno iraquí con dinero del programa.
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