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Blair plantea un referéndum para definir el papel del Reino Unido en Europa

El Parlamento británico debatirá y votará la Constitución europea antes de la consulta popular

Tony Blair presentó ayer la futura convocatoria de un referéndum sobre la Constitución europea como un plebiscito sobre el papel del Reino Unido en Europa. El primer ministro británico anunció en los Comunes que someterá la ratificación del tratado constitucional europeo a consulta popular, pero confirmó también la creencia generalizada de que antes será escrutado, debatido y votado en los Comunes y en la Cámara de los Lores. Aunque no lo dijo, eso significa que el referéndum europeo no se celebrará hasta después de las elecciones legislativas de la primavera de 2005.

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El Reino Unido se ha retrotraído en unas pocas horas a los debates de 1975, cuando el Gobierno laborista de la época sometió a plebiscito la permanencia británica en el entonces Mercado Común. Fueron las divisiones sobre Europa en el seno del Partido Laborista las que hicieron necesaria la consulta. Ahora es el indomable euroescepticismo tory -coreado por gran parte de la prensa popular pero también de la llamada de calidad- y las dudas europeas de buena parte de la élite social británica lo que empuja al país a un nuevo referéndum.

También la creciente debilidad de Tony Blair, que durante meses se ha negado a contemplar la posibilidad de convocarlo para no poner en peligro la tercera victoria laborista. Lo ha hecho ahora, en contradicción con su sonada frase de hace unos meses, cuando proclamó que carecía de "marcha atrás"; presionado por varios de los pesos pesados del Gabinete, como el ministro del Tesoro, Gordon Brown, el de Exteriores, Jack Straw, el viceprimer ministro John Prescott; empujado por el inesperado cambio de Gobierno en España, que ha abierto las puertas a un acuerdo sobre el texto constitucional, pero aliviado por un calendario que le permite aplazar la consulta a la próxima legislatura.

Blair presentó ayer la consulta como un plebiscito sobre el papel del Reino Unido en Europa, pero el líder de la oposición, Michael Howard, le emplazó a que aclarara si se trataba de "una cuestión de principios o de oportunismo". "Es hora de resolver de una vez si este país, el Reino Unido, quiere estar en el corazón de la toma de decisiones europeas o no; hora de decidir si nuestro destino es el de ser un socio líder y aliado de Europa o es el de quedarnos al margen", arengó Blair a los diputados y a los ciudadanos en una comparecencia parlamentaria que se convirtió en su primer mitin de campaña. "Dejemos que los euroescépticos defiendan sus posiciones. Dejadnos también defender las nuestras a quienes creemos que el Reino Unido tiene que estar en Europa no sólo porque creemos en Europa, sino porque por encima de todo creemos en el Reino Unido".

Pero el referéndum amenaza también con convertirse en un plebiscito personal sobre Tony Blair, sobre todo si la consulta se celebra no de manera conjunta con las legislativas de 2005, sino después. En ese caso, consolidada quizá la tercera victoria laborista, el referéndum sobre Europa, cuyo resultado dicen los expertos que está completamente en el alero, podría ser la tumba política de Blair.

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Ridiculizar los mitos

La convocatoria ofrece al primer ministro una buena herramienta para presionar al resto de socios a favor de las demandas británicas aún pendientes de negociar. Blair se comprometió ayer a rechazar cualquier acuerdo que no respete las llamadas "líneas rojas" británicas, como el mantenimiento del derecho de veto en áreas como fiscalidad, política exterior, defensa, seguridad social, el sistema de justicia criminal o las alteraciones de los tratados.

Y ridiculizó algunos de los "mitos" propagados por quienes se oponen a la Constitución europea. Entre esos mitos citó el de que la reina de Inglaterra será sustituida por el presidente del Consejo de la Unión Europea, que el Reino Unido será obligado a adoptar el euro, que no podrá defender militarmente las islas Malvinas sin el permiso previo de la UE, que perderá su silla permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que Bruselas tendrá el control de sus reservas petroleras, que en el Reino Unido será obligatorio conducir por la derecha o que los alemanes pasarán a controlar los arsenales nucleares británicos.

Blair sale de Downing Street para dirigirse al Parlamento.
Blair sale de Downing Street para dirigirse al Parlamento.EFE

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