Euskadi abre hoy en Barakaldo su mayor recinto ferial tras casi tres años de obras

Euskadi inaugura hoy oficialmente su nueva Feria Internacional de Muestras, convertida ya en la mayor inversión pública vasca realizada en menos tiempo: 440 millones de euros para 33 meses de obras. Los cambios han sido drásticos: el recinto ferial se ha trasladado de Bilbao a Ansio, en Barakaldo, y se ha elegido una denominación más internacional: Bilbao Exhibition Centre (BEC).

El esfuerzo ha obligado a sus principales promotores, el Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya, a endeudarse de forma importante: han tenido que pedir un crédito de 600 millones de euros, al quedar frustrada, al menos por el momento, la posibilidad de financiar el recinto de Barakaldo con la venta de los terrenos actuales junto a San Mamés.

Las instalaciones del BEC están dotadas con los últimos avances en tecnología

El BEC, el mayor recinto ferial de la comunidad autónoma, ofrece seis pabellones independientes para exposiciones, con una superficie total expositiva disponible de 155.000 metros cuadrados, el doble de la actual Feria. Uno de sus elementos diferenciadores es una calle central de 500 metros de longitud y 40 de anchura desde la que se tiene una perspectiva global de todo el recinto y se puede acceder a cada pabellón.

El proyecto se ha impulsado y desarrollado en un tiempo récord para una obra pública, sobre todo de esta envergadura. En 1998, obligados porque el recinto ferial de Bilbao iba a verse afectado por la construcción de un nuevo acceso viario a la ciudad, se empezó a buscar un emplazamiento, que año y medio después ya estaba elegido: el solar que ocupó Altos Hornos de Vizcaya en el barrio baracaldés de Ansio.

Pero los problemas no han sido pocos. La oposición en el Ayuntamiento de Bilbao, el segundo socio en importancia de la Feria, con el 31,85% de las acciones, resultó un gran contratiempo. La minoría del entonces equipo de gobierno de PNV-EA impidió la aprobación del traslado a Barakaldo, rechazado por socialistas, PP, IU y HB. Esta negativa ha tenido más consecuencias.La fundamental ha sido la frustración del plan financiero. La idea era pagar el coste de la nueva infraestructura con las plusvalías que se obtuvieran gracias a la venta de los actuales terrenos feriales en Bilbao. El rechazo en el consistorio obligó a iniciar los trabajos en julio de 2001 sin tener resuelta la financiación. De hecho, el plan no se presentó hasta un año después y significaba el endeudamiento en 600 millones de euros, a partes iguales, entre el Gobierno vasco y la Diputación.

El resto de socios realizan aportaciones menores: el Ayuntamiento de Barakaldo capitaliza las licencias de construcción, valoradas en casi 20 millones; la Cámara de Comercio pone 600.000 euros, y la actual Feria de Bilbao, tres millones, adelantados para el inicio de los trabajos.

La nueva mayoría en el Ayuntamiento tras las elecciones municipales de 2003 (PNV-EA-IU) y la realidad de la construcción del recinto en Barakaldo ha cambiado el panorama y se recalificarán los terrenos bilbaínos. Pero la duda prosigue, porque el Ayuntamiento quiere que el cambio urbanístico revierta en otras infraestructuras para la ciudad.

También queda pendiente la entrada del Ayuntamiento como socio significativo del BEC, ya que ahora sólo controla el 0,12%. Gobierno y Diputación poseen, cada uno, el 42,95% del accionariado; el Ayuntamiento de Barakaldo, el 11,49% merced a la capitalización de las licencias; la Feria de Bilbao, el 2,20% y la Cámara de Comercio, un 0,30%. El alcalde bilbaíno, Iñaki Azkuna, ha afirmado que el consistorio será un accionista "digno" mediante la cesión de acciones del Gobierno a cambio de ofrecer al Ejecutivo pabellones feriales en Bilbao para la nueva sede de EITB.

La construcción del BEC se ha visto presionada por la necesidad de acoger el certamen más importante de los desarrollados en Bilbao: la Bienal de la Máquina-Herramienta. Las obras debían haber acabado en diciembre pasado para el certamen previsto en marzo, pero los retrasos, básicamente por una huelga en el sector de hormigones en 2002, obligaron a cambiar los planes: se aplazó a junio la Bienal y se puso marzo como fecha de conclusión de las obras. Al final ha sido abril y desde hoy se dispondrá de los seis pabellones y los aparcamientos subterráneos (casi 4.000 plazas), pero queda pendiente la conclusión del edificio principal de convenciones y oficinas, que se terminará en verano de 2005.

Otra cuestión son los accesos por carretera. La conexión desde la A-8 no estará ampliada hasta finales de año, aunque la Diputación ha asegurado que para la Bienal se habilitarán los viales principales para ir al recinto. La adyacente estación del metro será, por ello, de obligado uso.

Problemas aparte, los responsables del proyecto han logrado lo que muchos llegaron a dudar: ofrecer una nuevo recinto ferial para estas fechas dotado con una tecnología punta. El BEC dispone de un sistema de telecomunicaciones wi-fi, que permite a los expositores conectarse a Internet sin necesidad de cables. El servicio de seguridad no debe preocuparse de cerrar cada día las 1.400 puertas del recinto, tarea que se efectúa desde una sala de control.

Uno de los seis pabellones, el Arena, está concebido para todo tipo de espectáculos. Sus 27.000 metros cuadrados pueden albergar un concierto para 20.000 personas o un acto deportivo presenciado por entre 10.000 y 12.000 espectadores, gracias a un sistema de gradas desmontables.

Otra seña de identidad es la ausencia de columnas en los pabellones, que se sitúan a un nivel inferior para facilitar el transporte de productos. Están rodeados por viales ocultos a la vista por donde discurrirán los camiones, con hasta cuatro puntos de acceso.