Expertos proponen reducir a 30 las 100 cooperativas citrícolas actuales

Es preciso vencer los localismos y avanzar en las fusiones para que el centenar de cooperativas citrícolas que existen en la Comunidad Valenciana se reduzca hasta treinta. Menos cooperativas pero de mayor tamaño, defendió ayer Juan Juliá, uno de los autores de un libro sobre fusiones cooperativas impulsado desde el sector. Juliá subrayó que la administración debe actuar con decisión para favorecer estos procesos.

Las organizaciones cooperativas europeas entraron hace años en la senda de la concentración, según recoge el libro Los procesos de fusión en cooperativas agrarias, de la Confederación de Cooperativas Agrarias de España y su homóloga valenciana. Entre 1986 y 1996, de hecho, el número de cooperativas en la Unión Europea disminuyó alrededor de un 30% mientras que su facturación media creció un 80%. Un panorama que debería calcarse en la Comunidad Valenciana donde, a pesar de que existen algunas experiencias, el sector adolece de una gran atomización y en muchos casos de pequeño tamaño. Ayer, Juan Juliá puso en cifras la necesidad de avanzar en las fusiones para aumentar competitividad. El Catedrático de Economía Agraria de la Universidad Politécnica de Valencia defendió que el centenar de cooperativas citrícolas que hay en la actualidad en la Comunidad Valenciana debería quedarse, mediante fusiones, en 30 en un plazo máximo que abarcaría hasta 2012, cuando los nuevos socios europeos estén completamente integrados. Juliá considera que se debería elaborar un calendario que permita avanzar en este sentido y que en 2007 entre un 30% y un 40% de las fusiones deberían haberse concretado.

El experto en Economía Agraria habló de la configuración del Mapa Cooperativo Citrícola de la Comunidad Valenciana que se ha realizado a iniciativa del grupo Anecoop y con las aportaciones del 88% de las organizaciones. El mapa, explicó, permite constatar la existencia de un desarrollo tecnológico importante en algunas cooperativas y también deja claro que las cooperativas tienen en sus manos más del 40% de la oferta global de cítricos -su cuota de mercado ha crecido de forma tan sostenida como constante ya que en 1980 este porcentaje era del 30%- pero al tiempo alerta de las deficiencias del sistema. La existencia de "demasiadas" cooperativas citrícolas pequeñas es la principal. La concentración, la respuesta.

La detección del problema ha ido acompañada de su ubicación geográfica. El mapa detecta "zonas de alerta" donde el pequeño tamaño de las cooperativas citrícolas es especialmente alarmante. Juan Juliá amplió que hay algunos municipios en Castellón y Alicante donde conviven tres o cuatro cooperativas. Es el caso de Betxí. El catedrático considera que el papel de la administración debe jugar un papel fundamental y actuar con más dureza de forma. Puso como ejemplo, que puede limitar las ayudas hasta que las cooperativas desarrollen sus procesos de integración. Juliá advirtió que la alternativa a la concentración, en muchos casos, es la desaparición, que cree que será el camino que seguirán las cooperativas pequeñas que se resistan a avanzar en este camino.