_
_
_
_
Reportaje:

Pesas contra la asfixia

El hospital sevillano Virgen del Rocío cuenta con el único gimnasio andaluz de rehabilitación respiratoria desde 1997

Tereixa Constenla

Sólo cinco hospitales españoles cuentan con gimnasios de rehabilitación respiratoria. Uno de ellos es el centro sevillano del Virgen del Rocío, el único andaluz en esta escuálida lista y uno de los pocos en apostar de forma decidida por el ejercicio como una herramienta para mejorar la calidad de vida de los pacientes aquejados de dolencias respiratorias. El padrino de la iniciativa, que arrancó en enero de 1997, fue el neumólogo Teodoro Montemayor Rubio, actual jefe clínico de la unidad de atención al paciente respiratorio crónico del Virgen del Rocío. "Se ha visto que es útil, que mejoran los síntomas de disnea, la capacidad funcional y la calidad de vida de los pacientes", expone. Montemayor tampoco olvida un factor económico entre las bondades del programa: disminuyen el número de ingresos hospitalarios.

"Si no tienes calidad de vida no merece la pena vivir", remacha Juan Félix Vázquez Cueto

A pesar de estos beneficios no son un servicio generalizado en la red pública sanitaria y, en el caso del sevillano, son evidentes algunas carencias como la falta de espacio en el que trabajan la médica Pilar Cejudo, especialista en rehabilitación, dos ATS y, ocasionalmente, médicos residentes en fase de formación. Cada lunes, miércoles y viernes, entre 10.00 y 12.00, sube la temperatura de la pequeña sala donde se apilan bicicletas estáticas, pesas y otros aparatos de gimnasia con el esfuerzo simultáneo de varios pacientes. El argentino Hugo Sposetti, de 63, fortalece los músculos del pecho, mientras José Roldán León, de 76, pedalea "monitorizado" para controlar sus pulsaciones y su oxígeno. Ambos padecen una Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), un mal alimentado con cada cigarrillo que han consumido durante su vida.

Sposetti, un piloto jubilado, fue fumador empedernido. La cabina, explica, es "la única parte del avión donde no se puede decir que no se fume". Dejó el tabaco "tarde", como la mayoría. "Como no sentía ningún síntoma..", aclara. El paciente está satisfecho con el programa: "Día a día lo vas notando, los dolores se van, respiras mejor y aumentas la capacidad de aguante". Sólo encuentra una pega: "Esto es muy pequeño, se necesitaría un salón más grande".

El tratamiento tiene una duración estandarizada de unos tres meses, pero muchos se resisten a abandonarlo por temor a recaer o a sacrificar los avances que obtienen en el gimnasio. Es el caso de José Roldán León, un paciente de 76 años, que acude a la unidad desde julio y que padece una obstrucción respiratoria muy severa. En cada sesión se aferra a la bicicleta para pedalear entre 30 y 60 minutos.

Entre la veintena de enfermos que se someten estos días a la rehabilitación figuran también personas con dolencias respiratorias de origen neurológico, como Antonio Gracia Aparicio, un argonés de 73 años, que sufre el raro síndrome de Klippel-Fail (cuello corto), o por cifoescoliosis, una desviación de la columna vertebral que acaba generando una insuficiencia respiratoria al deformar la caja torácica y limitar la capacidad pulmonar.

Una de ella es Concepción Orgambides, de 65 años, que llegó en diciembre en silla de ruedas, incapacitada para caminar, y ya se atreve a salir a la calle apoyada en un bastón. "Aquí se les da confianza en ellos mismos, acaban haciendo cosas que no creen que puedan hacer", señala Pilar Cejudo. La paciente lo corrobora: "Nos ayudan tanto profesional como anímicamente".

Al igual que Orgambides, también Pilar Chica Ángeles, de 59 años, tiene una cifoescoliosis, que la obliga a recurrir a la ventilación mecánica por las noches para dormir. Sus problemas se han agudizado en la última década. Se asfixia al caminar, al barrer y a la hora de hacer casi cualquier cosa. Confía en que los tres meses que permanecerá en Sevilla para cumplir con el programa de rehabilitación le ayuden a mantener a raya la asfixia cuando regrese a su casa en Mancha Real (Jaén).

La médica Pilar Cejudo diseña un plan individual para cada paciente. Cuando recibe el alta en el hospital entra a menudo en una fase de seguimiento domiciliario para que no pierdan lo logrado en el entrenamiento al ejercicio. "El enfermo del futuro será un enfermo crónico", indica Cejudo. "Por mucho que le des medicación no lo vas a curar, entonces tienes que mejorarle su calidad de vida", concluye ante la mirada de Juan Félix Vázquez Cueto. "Si no tienes calidad de vida no merece la pena vivir", remacha él después de haber finalizado su tabla de gimnasia.

Hace pocos meses que le extirparon un pulmón a Juan, un antiguo subinspector de prestaciones y servicios sanitarios de la Consejería de Salud en Sevilla. Por ironías del servicio, una de sus últimas ocupaciones consistió en vigilar si el personal sanitario respetaba lo establecido en el contrato-programa de control del tabaco. "Se me caía la cara de vergüenza", recuerda.

El vigilante sanitario, que ahora ruega a sus compañeros que se conciencien de los riesgos, fumó mucho antes de recalar en el gimnasio hospitalario. "Es una auténtica drogadicción a todos los niveles, todavía me acuerdo de lo rico que está un cigarro y me falta un pulmón", dice antes de iniciar una letanía reveladora sobre la dependencia. "Que estás contento te fumas un cigarro, que te cabreas te fumas un cigarro, que tienes sexo te fumas un cigarro, que no lo tienes, te cabreas y también te fumas un cigarro". Y afirma sin asomo de sarcasmo: "Nos engañaron, yo nací en los 50 y me dijeron que ligaba más si me compraba un Pall-Mall".

Enfermos de EPOC, una curva ascendente

Alrededor del 80% de los enfermos que acuden a las sesiones de rehabilitación que dirige la médica Pilar Cejudo sufren una EPOC, la cuarta causa de mortalidad en España y la única enfermedad que muestra una curva ascendente en los últimos 20 años, según Teodoro Montemayor. La previsión para los próximos 20 en los países desarrollados es también ascendente. El neumólogo apunta que el tratamiento del paciente de EPOC fue, de hecho, "el leit motiv para montar el gimnasio".

Por las manos de Pilar Cejudo pasan también enfermos a quienes se ha extirpado o trasplantado un pulmón, o quienes están siendo preparados para ello. "Salvo que lo trasplantes, todos tienen una disfunción porque el pulmón ya no lo puedes cambiar", señala Cejudo. Con sus programas de rehabilitación intenta evitar que dicha disfunción "llegue a la discapacidad y se convierta en minusvalía".

Mediante el entrenamiento aeróbico y a fuerza y ejercicios de la musculatura periférica -algunos pacientes movilizan hasta 43 kilos en extensión de pierna- se mejoran los síntomas de las insuficiencias respiratorias y, en definitiva, la calidad de vida de los afectados. A veces los enfermos, señalan los especialistas, llegan ya "muy tarde" y "muy limitados para su vida cotidiana".

Diferentes estudios han certificado la mejora que representa esta gimnasia respiratoria en los enfermos -sus efectos positivos se prolongan durante nueve meses-, que tienden a la "sedentarización" al ahogarse y, en consecuencia, a empeorar. Lo que está por ver es si también repercute en los años de vida.

Los cinco hospitales españoles donde se prescribe esta rehabilitación física participan en un estudio conjunto para averiguar si influye también en la supervivencia. Teodoro Montemayor cree que el programa debería "extenderse" más a la vista de sus beneficios, pero el neumólogo también destaca que "lo principal es quitar la causa: quitar a la gente de fumar".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_