Robert Solé evoca los viajes más románticos a Egipto

"Después de una velada en el hotel Mena House, donde unos zíngaros tocaron sus melodías melancólicas y arrebatadas, fui de nuevo a ver la Esfinge al claro de luna". Este testimonio de 1898 del escritor Édouard Schuré, acompañado por una impagable imagen del célebre hotel entonces rodeado de arena blanca, es uno de los muchos (de Flaubert a Mark Twain pasando por Loti, Nerval, Rilke, Kipling o Paul Morand) que figuran en el maravillosamente nostálgico y profusamente ilustrado libro de Robert Solé Viajes por Egipto (Océano), una obra que evoca la época más romántica del turismo en el país del Nilo a través de textos, fotografías, viejos mapas y guías y un delicioso surtido de recuerdos (reproducciones de billetes, menús, postales, folletos).

De Alejandría a Nubia, incluyendo El Cairo, Luxor y los cruceros por el Nilo -"Hoy no atracamos en ningún sitio, pero todo viene hacia nosotros según vamos navegando", escribió Ril-ke-, el trayecto que propone Solé, escritor y periodista francés (es el actual ombudsman de Le Monde) y autor de obras como Los sabios de Bonaparte (Edhasa), L'Egypte, passion française (Le Seuil) o Diccionario del amante de Egipto (Paidós), no dejará indiferente a nadie que lleve un poco de egiptofilia en las venas.

Solé, nacido en El Cairo en 1946, subraya que desde los inicios de su arte los fotógrafos se sintieron especialmente atraídos por Egipto e incluye en el libro imágenes muy raras, algunas impagables y la mayoría cargadas de una colosal -como no podía ser menos tratándose de la tierra de los faraones- melancolía.

El eco de Kipling

Momias sepia recién extraídas de una tumba hacia 1870, templos a medio desenterrar, turistas con canotier, salacot o pamela a lomos de mula y camello o encaramados en las pirámides se alternan con viejas vistas del Museo de Bulaq, del vestíbulo del Shepheard's, de la escalera interior del Guézireh Palace o de la bañera de una suite del muy chic Heliopolis Palace. Las fotografías y los textos se apoyan mutuamente creando una evocadora polifonía de imágenes y voces. Junto a las fotos de un ajetreado Port Saíd, por ejemplo, resuena el eco de Kipling: "Allí se encuentran todos los vicios". Y añade el francés Claude Farrère: "No es, ni de día ni de noche, una ciudad para jovencitas".

Solé recuerda las reglas de higiene de la Guide Joanne de 1861 -anteojos azules, velo de seda verde o azul, ropa interior de algodón, cinturón sobre el vientre para evitar enfriamientos bruscos y diarrea, casco colonial de corcho- y las especificaciones de la Baedeker de 1914, que subraya que para recobrar la salud va bien permanecer en Egipto ¡desde comienzos de septiembre hasta finales de marzo! La misma guía aconseja tratar las picaduras de serpiente y escorpión ingiriendo elevadas dosis de alcohol y recomienda evitar toda familiaridad con los dragomanes.