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Las filtraciones de agua amenazan las ruinas de la antigua Babilonia

La humedad, que procede de un canal creado por Sadam Husein, supera el metro de altura

Ángeles Espinosa

En las paredes de la Babilonia que reconstruyó Sadam Husein faltan algunos ladrillos. Los habitantes de la vecina ciudad de Hilla se han vengado de la megalomanía del dictador arrancando aquellos que llevaban su nombre en un intento de emular a Nabucodonosor. Pero mandar grabar sus iniciales y loas a su persona en el barro cocido no fue el mayor despropósito del depuesto presidente de Irak. El lago y el canal que bajo sus órdenes se crearon junto a este legado de 4.000 años amenazan ahora su conservación.

"Todos nos dimos cuenta de que era un despropósito rodear el recinto con un canal artificial, pero nadie se atrevió a cuestionarlo porque la mínima contradicción a sus deseos te podía costar la vida", justifica ahora Alí Husein Yusef mientras muestra las marcas de humedad sobre los ladrillos milenarios. En algunos tramos superan el metro de altura. Alí Yusef es uno de los 15 arqueólogos asignados a la conservación del recinto, pero hace meses que su labor se limita a enseñar las ruinas a los invitados de la División Multinacional, que ha colocado su cuartel general en el vecino palacio de Sadam y declarado el área zona militar.

La presencia de los uniformados dificulta el acceso de los vecinos a las ruinas, pero ha evitado al menos los saqueos que se han producido en otros lugares arqueológicos. Sólo hay 1.272 vigilantes para los 3.232 sitios catalogados en todo Irak y hasta ahora carecían de armas. "La provincia de Babilonia se halla en mejores circunstancias que otras", reconocía Mariam Umran, del departamento arqueológico provincial, al anunciar el mes pasado la transformación de esos guardas en Policía de Protección de Instalaciones.

"Las filtraciones procedentes del lago han saturado la capa freática y a la mínima que llueve el nivel del agua rebasa la línea del terreno y sube por las paredes", prosigue Alí Yusef por la avenida de las Procesiones que conduce al lugar donde se hallaba la Puerta de Ishtar. Esta joya de la arquitectura mesopotámica, una de las ocho puertas de Babilonia y la principal entrada de la ciudad, se encuentra reconstruida en el Museo de Berlín. "Se la llevaron los alemanes junto con los mosaicos de colores que decoraban las paredes", lamenta el arqueólogo.

Allí, en el lugar donde un día estuvo el portón, pueden verse los tres niveles correspondientes a las tres Babilonias que, una sobre otra, se construyeron desde Hammurabi hasta Nabucodonosor II, el rey que invadió Jerusalén. Sobre esas ruinas, el intento fallido de Sadam Husein por rehacer la ciudad una cuarta vez. Su reconstrucción del Palacio del Sur aún permite ver en algunos tramos los restos del verdadero palacio de Nabucodonosor, las dovelas de cuyas puertas apenas sobresalen del suelo, y en cuyo salón del trono murió Alejandro el Grande en el año 330 antes de Cristo.

En uno de los extremos de ese recinto, los alemanes creyeron encontrar los restos de los Jardines Colgantes de Babilonia de los que hablaba Herodoto en sus libros de la historia. "No está claro", apunta Ali Yusef, "nuestros arqueólogos encontraron unas tablillas de arcilla que indicaban que ese lugar era un archivo". El desierto ha borrado cualquier huella de los suntuosos jardines. Lo que aún se conserva es la base del zigurat conocido como Torre de Babel, cuya historia sin duda sirve de advertencia a los militares de 24 países que conforman la División Multinacional.

Un poco más adelante, a la sombra del pretencioso palacio que Sadam se hizo construir en los años ochenta, aparecen las ruinas reales del Palacio del Norte, donde Nabucodonosor estableció el primer museo del que se tiene noticia en la historia. "Lo descubrimos apenas seis o siete meses antes de que empezara la guerra", explica Alí Yusef, "por eso no pudimos acabar el trabajo". Aunque los alemanes ya lo localizaron a principios del siglo pasado, no llegaron a excavarlo. Fue precisamente en ese lugar donde hallaron el famoso León de Babilonia, que no pudieron llevarse debido a su enorme peso.

La estatua basáltica de una sola pieza con la cara destruida o inacabada, según las distintas teorías, vigila orgullosa el conjunto desde su pedestal. El León ha visto pasar muchos ejércitos invasores desde que Nabucodonosor lo trajo como trofeo de guerra "de la tierra de los hititas". Los iraquíes son más impacientes. "Todo lo que queremos es alguien que nos garantice la paz", asegura Alí Yusef, deseoso de volver a su trabajo en las excavaciones. "Espero que pronto recibamos ayuda para atajar las humedades y podamos seguir con la excavación del Palacio del Norte", concluye el arqueólogo.

Reconstrucción del Palacio del Sur realizada a principios de los años ochenta por Sadam Husein. A la izquierda se ve el hueco de uno de los ladrillos arrancados, que tenía inscrito el nombre del dictador.
Reconstrucción del Palacio del Sur realizada a principios de los años ochenta por Sadam Husein. A la izquierda se ve el hueco de uno de los ladrillos arrancados, que tenía inscrito el nombre del dictador.Á. E.
Las recién excavadas ruinas del Palacio del Norte junto a la suntuosa residencia de Sadam Husein en la zona.
Las recién excavadas ruinas del Palacio del Norte junto a la suntuosa residencia de Sadam Husein en la zona.Á. E.
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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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