Jesús del Pozo recrea los años de posguerra en su estilo de hoy
La cuarta y última jornada de la Pasarela Cibeles tuvo su mejor momento en la apertura matinal de Jesús del Pozo, en gama clara, con anticolores, rigurosa peluquería, zapatos potentes y tocados excepcionales, para complementar abrigos cortos, mangas quimono, cuellos de zorro y un uso racional y virtuoso de la lana a merced de su estilo, hasta llegar a la asociación del tweed con la gasa teñida en degradé. La inspiración en los años de posguerra (1945), muy bien aprovechada, se extendía en detalles hasta 1965. Son también dignos de mención sus guiños de espejo sobre sí mismo, su pasado y su singular estudio del corte asociado en diagonal: cazadora-jubón con capucha, punto grueso en collage, acento cromático en mitones y medias, abrigos entallados y de amplio desarrollo y el resucitado del manguito de visón teñido de púrpura.
Modesto Lomba (director creativo de Devota & Lomba) usó grises, rosa veneciano, marrones y negro. Su hombre fue perfecto: traje de raso duquesa negro, abrigo gris con cuatro botones en estrecha batería; y su mujer lució desde una falda con bragueta y otra con botonadura delantera, corpiños bañera y pantalones estrechos masculinizados o tobilleros, hasta las pieles en fantasía (visón trenzado, puntas de zorro teñidas). Su hallazgo: la serie final con ese algodón que se sostiene con la ilusión del fieltro y permite un juego de volúmenes espectacular (mangas globo, alabeadas faldas de capa); su línea sigue jugando con la fuerza de las nervaduras que afectan al patrón y reafirman el juego constructivo.
Después desfiló Lemoniez con un escuálido uso de las pieles, prendas poco construidas y falto de un armónico elemental al conjuntar las salidas.
Juan Duyos se basó en los tejidos de lustre dorados (lamé, raso), estampados geométricos sesenteros y con una dominante de extravagancia. Se nota que Duyos no sabe qué hacer con los trozos de pieles nobles que le ofrecen (el abrigo que es sólo una manga, la casulla de visón blanco con cuello camisero), y es una pena que su recorrido se pierda hacia tales derroteros,pues en él hay inventiva y arrojo.
Tras Ágatha Ruiz de la Prada, cerró esta edición de la Pasarela Cibeles el gallego Antonio Pernas con un homenaje a la costura a través de asociar una gama tranquila con las texturas de la muselina, el raso y el tul provocando un listado trapezoidal; singulares sus volantes de tul, la piel patinada en oro viejo y los pantalones de micropana con amplias perneras. Esta vez Pernas ha relegado la sastrería en busca de entroncarse con las tendencias más actuales, y para ello también usó la lana a cuadros y otros tejidos cortados a filo.
Babelia
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