La familia del presidente Aristide abandona Haití en plena revuelta
El asediado Jean Bertrand Aristide, cuya presidencia recibió el respaldo de Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Caricom (Comunidad de Países del Caribe), controla la mayor parte de Haití, salvo la emblemática ciudad de Gonaives, sede de la proclamación de la independencia de Francia hace dos siglos. La esposa y dos hijas menores, de siete y cinco años, del ex cura salesiano habrían abandonado el país ante el clima de violencia e incertidumbre reinante.
El secuestro de un familiar de la primera dama, por cuya liberación se pide 600.000 dólares, decidió la salida de Mildred Trouilloy y dos de sus hijas hacia Fort Lauderdale, en un avión comercial, según la agencia Efe, que cita fuentes consulares. La noticia del viaje se produjo horas después del secuestro de Luigi Leroy, de 14 años, nieto de Matilde Flambert, quien fue ministra de Asuntos Sociales de Aristide en la década de los años noventa y es tía de la esposa del presidente, una abogada haitiana nacida en Nueva York, con la que el gobernante desposó después de haber sido expulsado de su orden por entrar en política desde el púlpito.
50 muertos
Paralelamente a la filtración del viaje, que no ha sido confirmado oficialmente, el primer ministro, Yvon Neptune, aseguró a la prensa extranjera que el Gobierno controla la situación nacional. Gonaives, sin embargo, sigue en poder del Frente de Resistencia Revolucionario (FRR), denominado Ejército Caníbal cuando era gubernamental. Al menos 50 personas han muerto durante los disturbios callejeros de las últimas semanas contra la permanencia de Aristide en el poder. Las tremendistas declaraciones de algunos insurrectos multiplicaron los temores sobre próximos choques, inexistentes en Puerto Príncipe, la capital, con más de dos millones de habitantes bajo control de la policía y los chimeres oficialistas, que rivalizan en ferocidad con el FRR.
"No esperaremos hasta finales del mes de febrero para marchar sobre Puerto Príncipe", avisó el cabecilla rebelde, del que se ha desmarcado la oposición política agrupada en Convergencia Democrática. Sus líderes temen que un derrocamiento a la fuerza de Aristide no sea convalidado por la comunidad internacional. Durante una reunión desarrollada este viernes en Washington, el Gobierno de Estados Unidos, la OEA y el Caricom advirtieron contra un golpe de Estado como salida de la crisis. "Cualquier cambio en Haití debe realizarse por medios constitucionales", reafirmó el actual presidente del Caricom, el ministro de Relaciones Exteriores de Jamaica, Keith Knigh.
Mientras tanto, la crisis en la distribución de alimentos se agrava. Médicos Sin Fronteras y otras organizaciones despacharon cargamentos hacia Puerto Príncipe. El responsable del Programa Mundial de Alimentos en Haití, Guy Gauvreau, admitió que la inseguridad retrasa el envío de víveres y alimentos a las poblaciones aisladas por las revueltas callejeras.
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