Dos galerías de Malí y Senegal incorporan África a la feria
Hasta ahora, el arte africano había estado presente en Arco de forma limitada y siempre de la mano de galerías europeas o estadounidenses. Por primera vez, dos galerías africanas han desembarcado en la feria y, sin proponérselo, se están convirtiendo en uno de sus alicientes. Están enmarcadas en el programa Futuribles en el apartado Fragmentos de África y han sido seleccionadas por el crítico Simon Njami, para quien "la creación africana contemporánea ha ido pasando, desde hace una decena de años, por diversas fases que la han llevado de la ignorancia a un principio de reconocimiento", que asegura es problemático, ya que las estructuras artísticas de la mayoría de países africanos aún son muy débiles.
Amadou Chap Touré es el director de la Galerie Chab, "la única especializada en fotografía de todo el África del Este", según indica. Está radicada en Bamako (Malí) -la ciudad que acoge también los Encuentros de la Fotografía Africana de Bamako, que dirige Njami y de los que ahora puede verse una selección de lo presentado en la última edición en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona- y comenzó su andadura en 2000. En Arco presenta el trabajo de dos fotógrafos malienses, Hamidou Maïga y Youssouf Sogodog, y del alemán afincado en Suráfrica Jurgen Schadeberg. De este último se exhiben fotografías de los años cincuenta (con precios entre los 1.100 y los 1.500 euros), que presentan un friso histórico formidable de aquel país. El trabajo de Maïga y Sogodogo se centra en el retrato y también tiene en algunos casos carácter histórico. Los precios de estos dos últimos ocilan entre los 600 y los 800 euros.
Falta difusión
"El problema es que los artistas africanos no están en el mercado porque no hay difusión, la gente no los conoce, y por esto es importante que el mercado occidental se interese también por ellos", señala Amadou Chap. "Es la primera vez que voy a una feria de arte y espero que vaya bien porque, aunque en esta sección hay un precio especial, el coste es elevado y me da miedo tener que estar los próximos dos años pagando este stand".
"También es la primera vez que voy a una feria y estoy contenta porque mis artistas se defienden muy bien", afirma Aïssa Dione, directora de la galería Atiss, fundada hace ocho años en Dakar (Senegal), ciudad que acoge una conocida bienal de arte africano. Presenta obras de los artistas senegaleses Camara Guéye y Soly Cissé, y del escultor de Costa de Marfil Jems Robert Koko Bi. Los precios oscilan entre 950 y los 9.500 euros. "En nuestro caso es difícil hablar de mercado porque esto casi no existe, pero Dakar es una ciudad cosmopolita y hay interés por los artistas. Además, en los últimos veinte años se ha realizado una política cultural de apoyo al arte", añade Dione, que, aclara, mantiene la galería gracias a su trabajo como diseñadora de mobiliario.
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