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Argentina prepara una mejora del pago de su deuda para evitar la sanción del FMI

El Banco Mundial aplaza un crédito de 5.000 millones hasta que haya un pacto con los acreedores

El Gobierno argentino se ha puesto en marcha para mejorar la oferta de pago de su deuda con los acreedores y evitar que el FMI le congele la ayuda financiera. Ayer el país ya hizo un gesto hacia el Fondo eligiendo los bancos (Merrill Lynch, UBS y Barclays) que negociarán la reestructuración de la deuda frente a los acreedores europeos y norteamericanos, sólo faltan las entidades que negociarán con los fondos japoneses y los locales. Ambas decisiones aliviaron ayer la tensión que creó el aplazamiento del Banco Mundial de la aprobación de un crédito de 5.000 millones y ello se notó en la Bolsa de Buenos Aires, que avanzó un 2,29% tras haber perdido un 7,9% en la jornada anterior.

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La mejora de la oferta a sus acreedores privados que estudia el Gobierno del presidente Néstor Kirchner no renuncia al objetivo de obtener una quita del 75% del valor nominal de la deuda, lo que equivale a 94.300 millones de dólares; cuyos pagos suspendió a finales de 2001. De esa cantidad, unos 88.000 millones, son bonos suscritos por acreedores argentinos y extranjeros a los que Argentina quiere pagar 25 centavos por cada dólar que les debe, según el plan presentado el pasado septiembre durante la asamblea del FMI celebrada en Dubai.

Lo que el ministro de Economía, Roberto Lavagna, ya ha encargado a un grupo de técnicos es que estudien la forma de "ajustar" el canje de viejos títulos de deuda por unos nuevos mejores a los ofrecidos a finales de 2003. Los nuevos bonos de deuda combinarían unos tipos de intereses más altos con un vencimiento a más largo plazo, y también una rentabilidad vinculada estrechamente al crecimiento económico del país.

Dos nuevas propuestas

Los técnicos trabajan sobre dos ideas: la primera es hacer pagos en efectivo a los acreedores que acepten determinadas condiciones y títulos y, la segunda, es la que Lavagna anticipó al director gerente del FMI, Horst Köhler, en la reunión de cinco horas que ambos mantuvieron el pasado lunes en Miami. Ésta consiste en "hacer aún más atractivo el bono vinculado al crecimiento del PIB para quienes estén dispuestos a confiar en que la recuperación de la economía será sostenible", según confirmaron las fuentes cercanas a las conversaciones.

Los técnicos deben ahora perfilar los detalles de la oferta de esos bonos que, a medida que vayan progresando, lo harán junto a los bancos Barclays Capital, Merrill Lynch y la Unión de Bancos Suizos (UBS), que Argentina designó ayer para que la representen en la negociación con los acreedores de Estados Unidos y Europa. La designación de las entidades era un paso exigido por el FMI y su cumplimiento alivia la tensión que se ha generado entre el organismo y el Gobierno de Kirchner.Aún queda por resolver qué bancos negociarán con los acreedores japoneses y cuáles discutirán con los fondos de pensión argentinos y otros inversores, que suponen el 40% del total.

La aprobación de los bancos ayudó ayer a minimizar el impacto que pudo haber tenido la decisión del Banco Mundial de postergar la aprobación de un crédito de 5.000 millones de dólares para Argentina. La Bolsa de Buenos Aires avanzó ayer un 2,29% tras el desplome del 7,9% sufrido en la jornada anterior. El Banco Mundial aplazó la concesión del crédito hasta que el FMI apruebe la segunda revisión de las metas comprometidas para el segundo trimestre en el acuerdo firmado el pasado septiembre. Gracias a este pacto, Argentina pudo refinanciar más de 12.000 millones de dólares de deuda con los organismos multilaterales de crédito.

El préstamo del Banco Mundial iba a permitir al Gobierno argentino pagar 500 millones de dólares de deuda al propio banco y destinar otros 4.500 millones al programa de infraestructuras con el que se pretendía crear miles de puestos de trabajo.

En todo caso, el Banco Mundial centrará su expectativa, como el resto de los acreedores e inversores en Argentina, en lo que suceda de aquí al 9 de marzo, día en que Argentina debe hacer frente a un pago de 3.100 millones de dólares de deuda. El presidente argentino Néstor Kirchner ya advirtió de que Argentina no hará ese pago con reservas pero en realidad todo depende de lo que diga la misión del FMI que llegará próximamente a Buenos Aires. Si el Fondo ve que hay progresos en la renegociación de la deuda y que el plan económico argentino sigue en la buena senda, entonces se prevé que Argentina hará ese pago como sea porque ya sabrá que cuenta con la aprobación del FMI de la segunda revisión de las metas prevista para finales de marzo.

Las relaciones entre el Gobierno argentino y el FMI no pasan por su mejor momento. Lavagna hace equilibrio en medio de un frágil puente colgante entre dos posiciones aparentemente inflexibles. El presidente Kirchner advirtió nuevamente ayer que Argentina sólo puede afrontar el 25% de la deuda en suspensión de pagos desde hace dos años. "No es un capricho, si se paga más sería un nuevo genocidio que no podemos permitir", sostiene Kirchner.

La inhibición dictada por la Justicia de EE UU sobre algunos bienes inmuebles argentinos en Washington a petición de un fondo de tenedores de deuda, son a juicio del presidente argentino "fuegos de artificio con bienes que están absolutamente protegidos por los tratados internacionales". El director Köhler ya transmitió a Lavagna su temor de que la escalada de acusaciones y agrias decisiones arrastre a las partes a tomar decisiones que obstaculicen la negociación.

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