Los empresarios dejan Davos con dudas sobre la recuperación económica

Los casi 2.000 participantes en el encuentro anual del Foro Económico Mundial comenzaron a abandonar esta ciudad alpina suiza con mucha cautela sobre la recuperación económica mundial y sin convencimiento de que los desequilibrios de EE UU (déficits gemelos de presupuesto y de la cuenta corriente de la balanza de pagos) puedan sostenerse por mucho tiempo. Los líderes europeos, además, comienzan a ver con recelo a Davos como un foro de EE UU.

Los organizadores del Foro Económico Mundial son conscientes de que la presencia de hombres importantes de la Administración de Bush en los últimos dos encuentros anuales puede enajenar definitivamente la disposición de presidentes y primeros ministros europeos a comprometer su asistencia. El pasado año, el Gobierno norteamericano envió al secretario de Estado, Colin Powell, a hacer el marketing de la guerra de Irak.

El pasado fin de semana hizo un año del discurso que Powell pronunció aquí, en el que aseguró que Sadam Husein poseía armas de destrucción masiva. Pero el sábado pasado, el mismo Powell reconoció, durante su viaje a Georgia, que Irak puede no haber poseído dichas armas. Varios expertos recordaron, en voz baja, que ése era el punto de vista de Powell en 2001 y 2002, antes de enrolarse con los duros de la Administración de Bush, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, su segundo, Paul Wolfowitz y el vicepresidente, Dick Cheney.

Dirigentes europeos consultados por éste periódico señalaron que este encuentro había sido aún más relevante que el de 2003 desde el punto de vista de la presencia norteamericana, cuenta habida de que el vicepresidente Cheney se había tomado el trabajo, en plena etapa electoral en EE UU, de viajar a Davos para explicar su posición actual. Nadie ha vuelto a hablar aquí en voz alta del tema de las armas de destrucción masiva, aún cuando el pasado viernes, día 23, David Kay, el inspector designado por EE UU en Irak, dimitió tras sostener, de manera inequívoca, que Irak no poseía armas químicas y biológicas.

Esta desconfianza soterrada en la Administración de Bush llevó, según fuentes del Gobierno brasileño, al presidente francés, Jacques Chirac, a anular un encuentro que negociaba con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y que en principio debía celebrarse en Davos, y que contaba también con la presencia del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan. Los tres han decidido reunirse la semana próxima en Ginebra para relanzar un fondo económico para luchar contra la pobreza.

"Es verdad", dijo ayer a EL PAIS José María Figueres, uno de los directores ejecutivos del Foro. "La idea del encuentro entre Lula y Chirac se hizo en el contexto de la organización de Davos. Pero Chirac no ha querido. Según hemos sabido, ha transmitido que no le interesa participar aquí", explicó Figueres.

Caída del dólar

Los empresarios norteamericanos que han acudido al encuentro no dudan de que la recuperación económica se consolida en Estados Unidos y agradecen la caída del dólar por el hecho de que les permite reanudar sus exportaciones, afectadas por una moneda fuerte durante los últimos años. Sin embargo, ni los hombres de negocios ni los economistas auguran una fuerte y consistente creación de empleo. También creen que el dólar seguirá cayendo, algo inevitable para restablecer el déficit por cuenta corriente de la balanza de pagos de EE UU, actualmente de 550.000 millones de dólares o 5% del PIB.

"He oído una historia fascinante", dijo a EL PAÍS un empresario norteamericano del sector tecnológico que hizo comentarios con el compromiso del anonimato. "En junio tendrá lugar una revisión de estadísticas oficiales de los últimos cuatro años. Es algo que se hace cada cierto tiempo. Se comenta que las cifras de destrucción y creación de empleo van a conocer un cambio espectacular, como ya ocurriera en otras oportunidades con la inflación", explicó. Bush, al parecer, cuenta con esa revisión como una de sus grandes bazas electorales ya que ha prometido crear de aquí a las elecciones de noviembre unos 200.000 puestos de trabajo mensuales, algo que todos los expertos dan por imposible.

Los empresarios han salido convencidos de que el futuro pasa por China. La economía china está creciendo a tasas del 9% anual y se ha convertido en los últimos años en el primer receptor de inversión extranjera. Los últimos datos disponibles, de 2002, sitúan a China primero en el ránking mundial, con 53.000 millones de dólares y se prevé que este año va a beneficiarse con 65.000 millones de dólares. Es interesante saber que contra toda convención, los dos países que siguen a China como receptores de inversión extranjera directa no son precisamente naciones con bajos costes laborales y emergentes por su potencial de crecimiento. Se trata nada menos que de Francia, con 52.000 millones de dólares, y Alemania, con 39.000 millones de dólares.

Los empresarios franceses, tan dados a la sociología, empiezan a decir que un espectro recorre Davos. El espectro del declive.