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Reportaje:

La nueva Europa nace en plena crisis

La UE debe dar solución este año a la Constitución, el Pacto de Estabilidad y las ayudas financieras, además de la ampliación

Carlos Yárnoz

A menos de cien días de que se produzca la histórica ampliación de la UE al Este, Europa se encuentra sumida en una crisis de identidad que se concreta en un desconcierto para definir su futuro a través de un nuevo Tratado constitucional. El panorama para los próximos meses se complica enormemente. Con la Constitución en el alero y el Pacto de Estabilidad en el limbo, la Unión acogerá a los diez nuevos socios en mayo, releva a todos los miembros de la Eurocámara en junio y a los de la Comisión Europea en noviembre. En paralelo, comenzará la negociación del nuevo marco financiero plurianual de la Unión. Y para concluir el año, otro paso clave a definir: si Turquía inicia o no las negociaciones de adhesión.

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Sumidos todavía en la gran frustración del fracaso cosechado en la cumbre del pasado diciembre por no poder sacar adelante la primera Constitución para Europa, estos días se han registrado ya los primeros movimientos para reactivar su negociación bajo las amenazas franco-alemanas de crear una Europa a dos velocidades si se produce un segundo fracaso. España y Polonia están en el ojo del huracán por no haber aceptado el nuevo reparto de poder del proyecto constitucional.

La futura Constitución dominará todo el año el ambiente político europeo, pero su negociación se mezclará y cruzará con otros acontecimientos de relieve. El más inmediato, el próximo día 10, será la presentación de la propuesta de la Comisión Europea sobre el nuevo marco plurianual de la Unión para el periodo 2007-2013. La doble batalla estará servida: los ricos, los contribuyentes netos (Alemania, Francia, Holanda, Suecia, Austria y Reino Unido), contra los receptores (España, Grecia, Portugal...) y, en el otro frente, los actuales beneficiarios entre los Quince frente a los nuevos (sobre todo Polonia), que aportarán el 20% de los 475 millones de habitantes que tendrá la Unión, pero sólo el 5% de su PIB. Schröder, para mayor complicación, ya ha reiterado que hay "una conexión directa" entre la negociación de la Constitución y el futuro reparto del dinero, en un evidente aviso a España y Polonia.

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En paralelo, se está produciendo un debate subterráneo sobre qué hacer con el Pacto de Estabilidad, cuya aplicación ha quedado "en suspenso" para evitar sanciones a Francia y Alemania, un reto ante el cual la Comisión ha optado por acudir al Tribunal de la UE. Sin embargo, el comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, ha anunciado que el mes próximo presentará un plan para reformar la aplicación del Pacto en un momento decisivo para el ansiado despegue de la economía europea.

En otro terreno, el proceso para el relevo en la Comisión Europea y en la Eurocámara ya está en marcha. El primer paso, con tintes de provisionalidad, será la incorporación el 1 de mayo de diez nuevos comisarios de los países candidatos al Ejecutivo comunitario. Tendrán derecho a voto, pero no cartera, de mayo a noviembre, cuando habrá una nueva Comisión completa. Siete países candidatos ya han dado los nombres: Polonia (Danuta Hubner), Lituania (Dalia Grybauskaite), Eslovenia (Janez Potocnik), Letonia (Sandra Kalniete), Estonia (Siim Kallas), República Checa (Milos Kuzvart) y Malta (Joe Borg).

En primavera, los líderes avanzarán las gestiones y contactos para decidir el puesto más relevante, el de presidente de la Comisión que sustituirá al italiano Romano Prodi. La Eurocámara exige que para su designación se tengan en cuenta los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo (13 de junio), que, según los sondeos, seguirá dominado por los conservadores. Hoy, sin embargo, el candidato con más posibilidades es el socialista griego Costas Simitis, primer ministro que no se presenta a las generales de su país el 7 de marzo.

Muy bien visto en Berlín (habla alemán) y París, el camino de Simitis sólo se vería entorpecido si en Grecia ganan los conservadores, que lógicamente optarían por presentar otra candidatura para ser miembro de la Comisión. En ese caso, el candidato más probable será el primer ministro austriaco, el conservador Wolfgang Schüssel. Con menos opciones, en la lista de candidatos figuran los belgas Guy Verhofstadt y Jean-Luc Dehaene o el luxemburgués Jean-Claude Juncker, quien seguirá siendo un firme candidato para el futuro.

Tanto en la nueva Comisión como en el Parlamento, España perderá peso debido al Tratado de Niza hoy en vigor. Como los otros cuatro grandes países (Alemania, Francia, Reino Unido e Italia), ya sólo tendrá derecho a tener un comisario, y no dos como ahora. Su nombre dependerá de quién gane las elecciones el 14 de marzo. En la Eurocámara tendrá sólo 54 escaños (hoy 64) y sólo en esta próxima legislatura (todos se reparten los de Rumania y Bulgaria, que entran en 2007), porque en la posterior serán 50.

El 19 de octubre se cumplen también los cinco años del mandato del Alto Representante para Política Exterior, Javier Solana. Diversas fuentes coinciden en señalar que, muy probablemente, los líderes europeos le pedirán que prorrogue su mandato, pero existen dudas de si aceptaría o no seguir otros cinco años en el cargo.

Diciembre, sin duda, será el mes más conflictivo y, a la vez, el que puede suponer el fin de la crisis europea si los líderes pactan el futuro de la Unión con una Constitución. Ni Aznar ni, probablemente, su colega polaco Leszek Millar (si hay elecciones en Polonia) estarán ya en el club, un dato que los dirigentes alemanes y franceses interpretan como la desaparición de duros obstáculos para poder encontrar una salida al espinoso reparto de poder.

Si finalmente hay acuerdo, la fiesta no está asegurada: también en diciembre los líderes decidirán si abren o no las negociaciones de adhesión con Turquía. En caso negativo, la crisis entre la UE y Ankara está servida y el problema de la división de Chipre, si no se ha resuelto antes, quedará enquistado para muchos años. En caso afirmativo, el futuro ingreso en la Unión del gran país musulmán levantará enormes suspicacias en una buena parte de la ciudadanía europea y, a la larga, cambiará todo el equilibrio de poder porque Turquía, hoy con 66,3 millones de habitantes, acabará siendo el país más poblado de la UE.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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