El fenómeno juvenil Olly gana el Festival de Sanremo 2025
El cantante italiano ha ganado en la 75ª edición del icónico certamen con la canción ‘Balorda Nostalgia’ y podrá representar a su país en Eurovisión

El joven cantante italiano Olly se hizo este sábado con la victoria de la 75ª edición del Festival de Sanremo con su canción Balorda Nostalgia, con la que podrá representar a su país en la próxima edición de Eurovisión. El músico genovés, de 23 años, ha triunfado en este certamen con su canto in crescendo a la nostalgia, redimiéndose así de la posición 24 que obtuvo al debutar en él hace solo dos años.
En segundo lugar quedó otro de los grandes protagonistas de este Sanremo, el cantautor Lucio Corsi, con su canción Volevo essere un duro. El músico, de aires glam a lo Bowie, se había ganado al público con su candidez, que demostró en la tercera noche del certamen cantando en dúo con el muñeco Topo Gigio el clásico Nel blu, dipinto di blu.
En tercer lugar quedó el cantautor Brunori Sas, con L’albero delle noci, y en cuarto el rapero Fedez con Battito, en el que desahoga sus pesares más íntimos y que se analizó con atención por su reciente divorcio de la influencer Chiara Ferragni.
Por otro lado, la noche reservó una decepción para otro de los grandes favoritos, Simone Cristicchi, quien quedó quinto a pesar de que desde el primer día emocionó al público hasta la lágrima con Quando sarai piccola, dedicada a una madre enferma de alzhéimer. Su tema había dividido a quienes reconocían el valor de cantar sobre una cuestión tan delicada, entre estos los movimientos provida, y los que le acusaban de utilizarla (en 2007 ganó el festival con una canción sobre enfermedades psiquiátricas).

El público reaccionó con abucheos a la exclusión del podio de la cantante Giorgia, que en estos días había entusiasmado con su balada La cura per me, que quedó sexta pese a su virtuosismo vocal, y del camaleónico Achille Lauro, séptimo con Incoscienti giovani.
El concurso de la canción italiana, fundado en 1951 y del que salieron estrellas mundiales como Laura Pausini, este año tenía como reto principal mantener las altas cuotas de audiencia obtenidas en el último quinquenio por su anterior director artístico, Amadeus. Tras la marcha de este, esa misión recayó en un viejo conocido del certamen, Carlo Conti, quien ha conseguido de nuevo atrapar al público: la audiencia media en los tres primeros días rondó el 64% de cuota, pero en la cuarta moche, dedicada a los duetos, estalló al 70,4%.
Sanremo ha transcurrido sin las controversias de las ediciones de Amadeus, más desenfadadas. Conti ha acelerado las galas y la política o las reivindicaciones han sido prácticamente inexistentes, apostando por una vuelta al clasicismo televisivo. “He intentado hacer un festival como los otros. Gracias a Dios no he recibido presiones. Solo he intentado hacer el festival de la canción”, dijo en una rueda de prensa, consciente del debate.
La prima polvere sopra una foto. Il puzzle della nostra storia a cui manca un pezzo.
— Festival di Sanremo (@SanremoRai) February 15, 2025
Questa casa un contenitore di abitudini che si sgretolano.
🎤 Olly
🎧 Balorda nostalgia
L’esibizione integrale è su RaiPlay
In audio su RaiPlay Sound #Sanremo2025 pic.twitter.com/n7uS1en0Ro
Sin embargo, al Teatro Ariston acabaron llegando los ecos de la vida pública italiana, como el caso del propio Fedez, que ha apartado su clásica dureza para emocionarse ante todo el país, conocedor de sus líos sentimentales con Ferragni y otras damas. Esta “normalidad” ha llegado incluso a artistas que prometían dar guerra, como el rapero Tony Effe, cuyas letras hicieron que Roma le vetara en su concierto de la pasada Nochevieja. No obstante, optó sorprendentemente por una canción clásica y el primer día apareció con los tatuajes de su cara cubiertos por maquillaje.
Ahora Olly, con el triunfo en la mano, deberá desvelar si, como permite al ganador el reglamento de Sanremo, representará a su país en Eurovisión, algo que suele saberse en la rueda de prensa final del certamen, este domingo. De hacerlo, su próximo objetivo sería continuar la racha italiana en el euroconcurso, donde en los últimos años ha conseguido honrosas posiciones, desde la recordada victoria del grupo Maneskin en 2021, hasta la segunda posición de Mahmood en 2016, la cuarta de Marco Mengoni en 2023 o la séptima de Angelina Mango el año pasado.
Sanremo zanja una semana en la que en Italia no se ha hablado de otra cosa, mientras algunas de sus canciones ya empiezan a arrasar en las calles, como el pegadizo Cuoricini del dúo Coma_Cose o Dimenticarsi alle 7 de la diva Elodie.
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