_
_
_
_

Bush lanza su campaña electoral con una defensa de la guerra contra el terrorismo

"EE UU jamás pedirá autorización a nadie para defenderse", afirmó el presidente

La economía va mejor y Estados Unidos avanza en la guerra contra el terrorismo. Ése fue el doble mensaje del discurso sobre el estado de la Unión con el que el presidente George W. Bush delimitó en la noche del martes las dos grandes líneas de su campaña electoral, destinada a conseguir la reelección el próximo 2 de noviembre. En su tercer discurso solemne al país, Bush quiso reivindicar éxitos y colocarse como el hombre imprescindible para mantener el rumbo "sin caer en la peligrosa ilusión de que la amenaza ha concluido".

Más información
Amenaza contra el matrimonio homosexual

Tres años después de haber llegado a la Casa Blanca y marcado por la crisis económica, los atentados del 11-S y la guerra de Irak, Bush aseguró a los estadounidenses que "el mundo va a mejor" gracias a su resolución y al liderazgo de EE UU. "Pero no hemos llegado hasta aquí, pasando por la tragedia, el sacrificio y la guerra, para vacilar y dejar la tarea a medias". La idea que presidirá buena parte de su campaña, frente a cualquier candidato demócrata, es que no hay otra política más que la actual: "Podemos ir hacia delante con confianza y determinación o podemos volver a la peligrosa ilusión de que los terroristas ya no están conspirando y que los regímenes sin ley ya no nos amenazan. Podemos mantener el crecimiento económico y las reformas en educación y Medicare [seguro médico para personas mayores] o podemos volver a las viejas políticas y a los viejos enfrentamientos".

Ante la atenta mirada de uno de los invitados de la noche, Adnan Pachachi, antiguo exiliado iraquí y presidente en funciones del Consejo Provisional, Bush celebró la detención de Sadam Husein y, a pesar de que no se han encontrado armas de destrucción masiva en Irak -una de las razones esgrimidas por él mismo para ir a la guerra en su anterior discurso sobre el estado de la Unión- siguió justificando la decisión: "Si no hubiéramos actuado, el programa de armas del dictador se habría mantenido hasta hoy". Bush acentuó en esta ocasión que los iraquíes estaban libres del "yugo" de Sadam y dedicó a sus rivales demócratas, que a pesar de haber apoyado -casi todos- la guerra le reprochan duramente el destrozo de la diplomacia internacional y el mal manejo de la posguerra, el listado de los 34 países que cooperan con EE UU en la coalición. Además, lanzó este mensaje, también de clara factura electoral: "EE UU jamás pedirá autorización a nadie para defender a sus ciudadanos". Bush, que mantuvo un silencio absoluto sobre los más de 500 soldados muertos y los cientos de heridos en Irak, sobre Osama Bin Laden y el conflicto entre israelíes y palestinos, celebró el compromiso de Libia de abandonar su programa nuclear y dijo que Corea del Norte tiene que hacer lo mismo.

En cuanto pudo -el discurso duró 54 minutos-, el presidente pasó a los asuntos de política nacional. Bush justificó los recortes de impuestos y dijo que estaban en la base de la recuperación económica. Y reiteró una de sus ideas centrales: hacerlos permanentes por ley. "Si el Congreso no actúa, los estadounidenses corren el riesgo de que les suban los impuestos. Para que se mantenga el crecimiento, los recortes aprobados deberían ser definitivos". El presidente reiteró su intención de cambiar las leyes de inmigración para legalizar temporalmente a los sin papeles y habló además, con vaguedad, de recortar el déficit, de incentivos para rebajar costes de seguro médico y facilitar el acceso de las familias a la cobertura, de la necesaria reforma de las pensiones de la Seguridad Social y de planes para la creación de nuevos empleos. Desde que él llegó a la Casa Blanca se han perdido 2,5 millones de puestos de trabajo.

Las reacciones de la sesión conjunta de la Cámara y el Senado ilustraron bien la polarización en la que vive la clase política, acentuada por la campaña electoral. Un discurso sobre el estado de la Unión es un ejercicio de unidad por parte del presidente y de respaldo y cortesía política por parte de la oposición, con sus excepciones y matices. Pero el martes por la noche no hubo ninguna celebración unitaria en el Capitolio: los congresistas demócratas se mantuvieron en silencio en numerosas ocasiones o batieron con desgana las manos en las 71 veces que Bush fue interrumpido por aplausos. Sus rostros -el senador Ted Kennedy negaba continuamente con la cabeza con expresión sombría-, en los momentos de exaltación presidencial o al escuchar la propuesta sobre los recortes fiscales, eran más bien de circunstancias. Y aplaudieron ellos solos, sorprendiendo a los republicanos, cuando Bush dijo que la Ley Patriótica -aprobada tras el 11-S y que recorta los derechos civiles y las garantías democráticas en la lucha contra el terrorismo- expiraba el año que viene. Naturalmente, cuando Bush acabó la frase y pidió la renovación del mandato de la Ley Patriótica, los republicanos se lanzaron a aplaudir.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO
El presidente Bush saluda a sus seguidores a la salida del Capitolio.
El presidente Bush saluda a sus seguidores a la salida del Capitolio.AP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_