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Amenaza contra el matrimonio homosexual

Bush enseñó en su discurso el as de bastos que podría utilizar si ganan terreno en diferentes Estados las iniciativas para legalizar el matrimonio -no la mera unión civil- de parejas homosexuales. "Si hay jueces que insisten en imponer por la fuerza su voluntad arbitraria sobre la gente, la única alternativa que le quedará a los ciudadanos será recurrir al proceso constitucional". En otras palabras, Bush respaldaría una enmienda constitucional que prohibiera los matrimonios gays. "Nuestra nación debe defender la santidad del matrimonio", añadió.

El Supremo de Massachussetts sentenció en noviembre que las parejas homosexuales deberían poder contraer matrimonio sin ninguna diferencia con respecto a las heterosexuales. Vermont tiene una ley de uniones civiles de parejas gays, pero su ámbito coincide con las fronteras del Estado. Si Massachussets y otros Estados se quedan en esa fórmula, todo seguirá igual, pero si las respectivas cámaras legalizan el matrimonio, la decisión tendría validez nacional.

Los demócratas criticaron el discurso desde varios frentes. Tanto la representante Nancy Pelosi como el senador Tom Daschle rechazaron las afirmaciones de Bush sobre política internacional y de seguridad y sobre economía. "La política exterior unilateral nos aísla fuera y nos priva de los recursos que necesitamos para educación y sanidad", criticó Pelosi, mientras que Daschle se centró en denunciar que "los masivos recortes fiscales no han creado los empleos prometidos".

Diferente al mundo real

Desde New Hampshire, preparándose para la dura batalla de las primarias del martes, el renacido senador John Kerry dijo que "el mundo que presenta el presidente es muy diferente del mundo real". Howard Dean señaló que "el estado de la Unión puede parecer de color rosa desde la Casa Blanca o desde las suites de los acomodados patrocinadores de Bush, pero los esforzados estadounidenses sabrán ver a través de los intentos de este presidente de envolver su programa radical con un lazo de compasión". El tercero en discordia en New Hampshire, Wesley Clark, cree que se trata de "humo y espejos destinados a esconder el hecho obvio de que Bush no tiene planes reales para el futuro. Son efectos especiales diseñados para ocultar la triste verdad de que Bush ha ayudado a los que tienen más, ha perjudicado a los que menos tienen y ha ignorado al resto".

Para el más conservador de los candidatos demócratas, el senador Joe Lieberman, el discurso prueba que "Bush vive en un estado de la Unión muy diferente al que viven la mayoría de los norteamericanos. De hecho, él se encuentra en un estado de rechazo de la realidad sobre el estado de la economía, del sistema de salud y de nuestras relaciones con el mundo".

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