La Generalitat quiere que las empresas devuelvan las ayudas públicas si cierran

El Gobierno catalán estudiará fórmulas para que las empresas que han recibido ayudas públicas para instalarse en Cataluña las devuelvan si cierran la planta. Así lo dijo ayer el consejero de Economía, Antoni Castells, cuando está en el candelero el cierre de la planta de Samsung en Palau-Solità i Plegamans, anunciado por el grupo coreano. "Estas ayudas son para que se instalen y no para que se vayan, de manera que, lógicamente, en el momento en el que se produzca la deslocalización se ha de examinar con cuidado hasta qué punto estas ayudas deben ser reembolsadas", afirmó Castells.

El consejero dijo a la emisora Catalunya Informació que desde el Gobierno catalán se deben adoptar ahora las medidas necesarias para evitar que se repitan situaciones como la de Samsung.

Una portavoz de Samsung ha asegurado que en la carta que el presidente Sang Heung Shin envió a los trabajadores el pasado 15 de enero justifica el cierre de la planta con el argumento de que "para mantener su competitividad, Samsung, en línea con otras empresas del sector, se ve obligada a concentrar su actividad en un número muy reducido de fábricas que cuentan con instalaciones de proceso integrador, así como menores costes de producción, componentes y logística".

La planta de Samsung registró en 2002 beneficios de 2,38 millones de euros, y fuentes de la empresa han explicado que se presentará a los trabajadores en los próximos días una cuenta de resultados del año pasado con resultados equilibrados y con la previsión de que se entrase en pérdidas en el 2004.

Se da la circunstancia de que Samsung compró al Incasol -un organismo dependiente de la Generalitat- en 1989 los terrenos que ocupa a un tercio de su valor real de entonces, por 823.000 euros. Fue una parte de las compensaciones que obtuvo la multinacional para instalar su planta en Cataluña y generar empleo. Ahora, con la subida del precio en los últimos 15 años, los terrenos y la instalación industrial han multiplicado enormemente su valor.

Aun así, fuentes del Departamento de Industria han reconocido que no será fácil recuperar las ayudas dadas para que Samsung comprara los terrenos, pero sí se está estudiando si es posible recuperar algunas de las subvenciones otorgadas por el CIDEM -dependiente de la Generalitat- para Investigación y Desarrollo (I+D) y otros conceptos, por los que la empresa ha recibido 3,48 millones de euros desde 1993.

La firma coreana alegará ante la Generalitat, para justificar el cierre de la factoría, que la única manera de equilibrar la cuenta de resultados era hacer nuevas inversiones y que no se puede obligar a Samsung a invertir en Cataluña cuando esa misma inversión resulta mucho más rentable en otros países, como China, en medio del proceso de globalización que vive la economía mundial.

Samsung podrá sufragar el cierre de su factoría con la venta de sus instalaciones y terrenos, con la que podría obtener más de 21 millones de euros, según estimaciones a la baja del mercado inmobiliario, teniendo en cuenta el precio del suelo industrial en el Vallès Occidental.

La estimación de 21 millones resulta de la evaluación más conservadora, al calcular sobre un precio de 721 euros por metro cuadrado de suelo industrial construido que se paga en la franja más baja del mercado en esta comarca, de acuerdo con el último estudio de la inmobiliaria Aguirre Newman.

No obstante, la evaluación de esta factoría, de 29.700 metros cuadrados, podría llegar a ser de 850 euros por metro cuadrado, en la franja más alta. Portavoces de Samsung reconocieron que la planta se pondrá a la venta una vez que se negocien los despidos de los 446 trabajadores.