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300 carteles de la guerra enseñan el genio y la fuerza de los grafistas republicanos

Una espectacular exposición reúne en Madrid parte de los fondos de la Fundación Pablo Iglesias

Hay consignas bélicas, advertencias de peligros, avisos contra espías, llamadas a la agitación o el alistamiento, noticias de propaganda cultural y educativa, órdenes de evacuación, anuncios de películas. Pero la exposición Carteles de la Guerra Civil 1936-1939 es, sobre todo, un homenaje al arte y la garra, el compromiso ético y estético de los grafistas republicanos. Las obras de cartelistas de renombre -Renau, Bagaría, Tono, Bardasano, Huertas o el genial Mauricio Amster- cuelgan junto a dibujos de artistas anónimos, en una muestra llena de fuerza, emoción y color (mayormente, rojo).

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Un relato de la lucha y la división a través de las consignas

Los carteles, que fueron reunidos en los años treinta por la Agrupación Socialista Madrileña y están depositados hoy, como el resto del archivo de la Fundación Pablo Iglesias, en la Universidad de Alcalá de Henares, quieren ilustrar los distintos estilos y tendencias artísticas que sirvieron para ilustrar los valores republicanos que defendieron el Gobierno español y las organizaciones políticas, sindicales y sociales que se enfrentaron a la sublevación franquista del 18 de julio.

Según recordó ayer el comisario de la muestra, Manuel García, "con la República española no sólo estuvieron muchos de los más destacados escritores, pensadores y científicos de aquella época, también hubo muchos artistas plásticos conocidos, y muchos dibujantes, ilustradores, pintores, diseñadores gráficos y tipógrafos quizá menos famosos que utilizaron todo su ingenio a favor de los valores democráticos".

La Sala Picasso del Círculo de Bellas Artes reúne ahora por primera vez, hasta el 21 de febrero, unos 300 carteles de la Guerra Civil creados por aquellos artistas en combate -Mauricio Amster, Bagaría, Arturo Ballester, Cañavate, José Bardasano, José Espert, Gori Muñoz, Cristino Mallo, Monleón, Pedrero, José Renau, Solá, Tono...- y por otros muchos genios anónimos, con menos amor a la firma o, simplemente, menos pretensiones de perdurar.

La exposición, que resume los casi 2.000 pasquines y carteles que guarda el archivo socialista, fue inaugurada ayer por el presidente de la fundación, Alfonso Guerra, y presentada por su director, Salvador Clotas, el comisario y César Antonio Molina, director del Círculo de Bellas Artes.

García explicó que ha intentado montar la visita como una película retrospectiva: el paseo se abre con anuncios de películas (casi todas rusas) que se exhibían durante la guerra, y luego propone un espectáculo alucinante, gris y naranja, lleno de músculos y acero, formas cubistas y sovietizantes, estampas de soldados que no vacilan, campesinos felices, nuevas ideas políticas, toreros rondeños con la muleta rojísima avanzando hacia el enemigo, mujeres armadas hasta los dientes que sonríen, cartillas escolares de diseño, terribles fotos de niños asesinados en los bombardeos de Madrid...

A la vez, entre simples ideas militares de ataque o defensa y consignas suicidas ("Antes morir que retroceder"), llamadas a la resistencia o la precaución ("¡Silencio, los espías acechan!") y lemas electorales que dan idea del clima prebélico ("Ni un crimen ni un latrocinio más, votad a las izquierdas"), se respira un gran talento publicitario para vender los logros sociales de la República (construcción de escuelas y hospitales, redistribución de tierras) y un amor conmovedor por la cultura, la educación, el compromiso y la modernidad: muchos carteles animan al pueblo a aprender a leer, a las mujeres a romper cadenas, a todos a mejorar la higiene...

La selección ofrece una lectura múltiple: bélica y artística, ideológica y estética, pero también sociológica. Para García, lo importante es que los "gritos pegados a la pared" que trataron de dar moral a los habitantes de las ciudades que albergaron a los gobiernos republicanos (Madrid, Valencia y Barcelona) desprenden tanta calidad, creatividad, variedad y genio que constituyen auténticas obras de arte: "Arte para tiempos de guerra, pero arte al fin y al cabo, que hoy ha superado el valor documental que tuvo durante la transición y que se debe ver desde una perspectiva posmoderna".

Clotas, director de la Fundación Pablo Iglesias, explicó que "tras el éxito de las exposiciones sobre el exilio y el voto femenino, decidimos que, siguiendo el objetivo estatutario de compartir nuestros fondos con la sociedad, era el momento de mostrar estos carteles, que siempre han estado a disposición de expertos y curiosos, a un público más amplio. Viéndolos aquí colgados yo creo que ganan mucho: son una lección de historia y de arte que será especialmente útil para los jóvenes".

La exposición no enseña exclusivamente obras relacionadas con la historia del PSOE o la Unión General de Trabajadores; hay decenas de carteles y pasquines surgidos de las imprentas y talleres del PCE, las Juventudes Socialistas Unificadas, Izquierda Republicana, la CNT, la FAI, así como de diversos ministerios del Gobierno republicano y de organizaciones sociales (Alianza de Intelectuales Antifascistas, asociaciones de obreros, jóvenes, mujeres). Cada uno tuvo su propia imagen, sus propias consignas, su propio entusiasmo. La derrota, en cambio, fue de todos.

<i>¡Fuera el invasor!,</i> cartel de José Bardasano, fechado en Valencia en 1937.
¡Fuera el invasor!, cartel de José Bardasano, fechado en Valencia en 1937.
Algunos de los carteles de la Fundación Pablo Iglesias que se exponen hasta el 21 de febrero en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. De izquierda a derecha: <i>¡Callad,</i> <i>el espía os escucha!,</i> de J. Briones (1938); <i>En las colonias escolares,</i> de Mauricio Amster (1938);
Algunos de los carteles de la Fundación Pablo Iglesias que se exponen hasta el 21 de febrero en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. De izquierda a derecha: ¡Callad, el espía os escucha!, de J. Briones (1938); En las colonias escolares, de Mauricio Amster (1938);
Algunos de los carteles de la Fundación Pablo Iglesias que se exponen hasta el 21 de febrero en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. De izquierda a derecha: <i>¡Guerra implacable al analfabetismo!</i> (Anónimo, 1937), y <i>Evacuad Madrid</i> (1937), de Cañavate.
Algunos de los carteles de la Fundación Pablo Iglesias que se exponen hasta el 21 de febrero en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. De izquierda a derecha: ¡Guerra implacable al analfabetismo! (Anónimo, 1937), y Evacuad Madrid (1937), de Cañavate.

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