Firmas estrella para competir
La década de los ochenta avanzaba en Bilbao en medio de un panorama desolador. La industria pesada retrocedía en la misma proporción que crecía el paro y las incógnitas sobre el futuro. Con la pérdida de los astilleros y la siderurgia se iba parte de la identidad de la ciudad. "Entonces hubo que convertir los problemas en oportunidades", recuerda el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Bilbao, el arquitecto Ibon Areso (PNV). "Sin renunciar a su carácter industrial, Bilbao tenía que transformarse en una ciudad de servicios, y en ese proceso necesitaba la publicidad de las grandes obras de arquitectura para competir con otras ciudades".
La presencia de arquitectos de primera línea en el escenario internacional se ha integrado en una operación de marketing. "Las arquitecturas atraen y ése ha sido desde el principio el objetivo de contratar a los mejores arquitectos internacionales", explica. "No sólo se logra una ciudad más bella y unos mejores servicios para los ciudadanos; una arquitectura de grandes firmas también sirve para demostrar que Bilbao es una ciudad competitiva". A favor de la decisión ha jugado el modelo de Barcelona 92 y, sobre todo, el espaldarazo del Museo Guggenheim, que sigue avalando la audacia de los nuevos proyectos.
El ejemplo de Vitra
Areso, con responsabilidades en las áreas de Urbanismo del Ayuntamiento desde hace 12 años, señala el ejemplo de la fábrica de mobiliario Vitra, que recibe en su complejo de Weil am Rhein (Alemania) unos 40.000 visitantes al año. No son compradores de sillas; son turistas que quieren conocer el museo de diseño de Frank O. Gehry y el parque de bomberos que fue encargado a Zaha Hadid. Pero, además, los pabellones de la empresa están firmados por los arquitectos Alvaro Siza, Nicholas Grimshaw y otro más por Gehry, y el edificio que alberga el salón de conferencias es el primer edificio en Europa del japonés Tadeo Ando.
Los detractores de tanto edificio de firma jalonando la ría del Nervión hablan de "un parque temático" y critican la fascinación de los políticos por las vedettes de la arquitectura internacional, en detrimento de los valores más cercanos que se ven relegados por las vacas sagradas.
"La contratación de grandes arquitectos me ha dado problemas con mis compañeros del Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro", reconoce Areso. "No voy a entrar a discutir la valía de los arquitectos vascos, pero hay que recordar que estamos en una sociedad de marcas. Los niños no quieren unas buenas zapatillas de deporte; quieren unas adidas".
Areso asegura que con el encargo recibido por Zaha Hadid no se cierra el catálogo de estrellas de la arquitectura y el urbanismo trabajando para la puesta al día de Bilbao. "Ahora es más fácil traerlos, que hace 15 años". ¿Nombres? "Rafael Moneo está trabajando el proyecto para la biblioteca de la Universidad de Deusto. Y llegarán más proyectos de premios Pritzker ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
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