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Con la polémica a cuestas

La agencia nacional ideada por el Gobierno para evaluar a las universidades y a sus profesores de toda España ha sido blanco de críticas desde su creación. Algunos aspectos controvertidos han estado ligados a la figura de su director, Ismael Crespo, compañero de disciplina (Sociología) de Pilar del Castillo y el primer director general de Universidades de su primer equipo ministerial. Pero las quejas de más peso hacen referencia a las funciones de la ANECA. Los rectores opinan que el Gobierno le ha concedido funciones "excesivas" y que "interfieren en la autonomía universitaria". Han pedido que se limiten a "funciones técnicas", con el argumento de que "la potestad de establecer los criterios y procedimientos de evaluación, otorgados a este organismo, corresponden al ministerio y al Consejo de Coordinación Universitaria".

Entre las funciones otorgadas a esta agencia está la de dar el visto bueno a los profesores que se quieran presentar a una plaza de contratado en una universidad (que también lo pueden otorgar las agencias autonómicas). En las primeras evaluaciones de la ANECA se ha suspendido a uno de cada cuatro presentados, algunos con excelentes currículos, y varios centenares de afectados han acusado a la agencia de "falta de transparencia" y solicitado a CC OO una defensa jurídica. El asunto ha acabado en la calle: más de 1.500 docentes se manifestaron hace un mes en Madrid, acusando a la ANECA de "oscurantismo". Tras estas quejas, PSOE e IU han pedido el cese de Crespo.

También se ha dado a esta agencia la capacidad de decidir si cada docente tiene méritos para recibir unos nuevos complementos retributivos.

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