El Gobierno descarta regular el uso de símbolos religiosos en los colegios

El Gobierno descarta regular el uso de símbolos religiosos en las escuelas españolas, tal y como va a hacer Francia. La ministra de Educación, Pilar del Castillo, ha manifestado que no ve "adecuado" el uso de estos símbolos en los colegios, pero que el Ejecutivo no considera que deban "prohibirse". El Gobierno da tres argumentos: en España el problema tiene menor envergadura que en Francia, en la mayoría de los colegios públicos ya se han eliminado las cruces y los consejos escolares de los centros tienen autonomía para decidir sobre ello. De producirse algún conflicto, debe intervenir la comunidad. Cataluña y Andalucía son partidarias de garantizar el "laicismo" en los centros públicos y en los concertados.

A pesar de ver con buenos ojos el gesto de Francia, el Gobierno español opina que la situación de conflicto que se ha dado en el país vecino "no sucede normalmente en España". "Confío en que no se llegue a una situación en la que haya que tomar decisiones de naturaleza normativa", ha manifestado la ministra de Educación.

En España son los consejos escolares de los centros públicos o concertados (ambos sostenidos con fondos públicos) los que tienen autonomía para decidir sobre esta cuestión. Estos órganos están integrados por la dirección y representantes del profesorado, los alumnos y los padres. Si se produce un conflicto o una polémica por la escolarización de un alumno, son las comunidades autónomas las que deben tomar la decisión.

El medio centenar de organizaciones que integran la Plataforma Ciudadana por una Sociedad Laica se han mostrado a favor de rechazar los símbolos religiosos en las escuelas públicas, así como la asignatura de Religión y su alternativa de Hecho Religioso, aprobadas por el Gobierno y que se empezarán a implantar el próximo curso.

En la misma línea se ha manifestado la consejera de Educación de Andalucía, Cándida Martínez: "Hemos apostado siempre por una enseñanza laica, sin símbolos. Hay que garantizarla en todos los centros sostenidos con fondos públicos. Pero el problema en España no está tanto en este tema como en que en la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE) y los decretos que la desarrollan establecen la enseñanza religiosa obligatoria. Es decir, se deja optar entre religión [la asignatura de Religión Católica] o religión [la de Hecho Religioso]. Ambas son evaluables y cuentan para la nota media". "No se puede poner una pantalla de humo en España con el tema de los símbolos religiosos cuando nuestro problema principal es el de la asignatura de Religión", añade la consejera.

En Andalucía no se pregunta a los alumnos cuando van a matricularse cuál es su religión. "Les asisten los derechos constitucionales", dice la consejera. Se les escolariza en cualquier centro sostenido con fondos públicos, aunque la red andaluza es pública al 80%. Martínez explica que todos esos centros "tienen que respetar las creencias de los alumnos que escolarizan". Andalucía aprobó un decreto según el cual los centros deben reservar tres plazas por aula para alumnos con necesidades educativas especiales, entre los que están los hijos de los inmigrantes.

En España existen convenios entre el Ministerio de Educación y los representantes de las comunidades musulmana y evangélica por los que se debe proporcionar un profesor de estas religiones cuando en un centro haya un mínimo de 10 estudiantes de esas creencias, explica un portavoz de Educación. La comunidad judía ha preferido no firmar convenios sobre la enseñanza de esta religión en las escuelas, según el mismo portavoz.

En Cataluña, la simbología religiosa no ha planteado de momento ningún tipo de problema, por lo que el departamento de Enseñanza no ha tenido que intervenir. Símbolos como los velos y las cruces no suponen ningún conflicto. El alumnado de cultura musulmana está mayoritariamente matriculado en los centros públicos.

El Gobierno tripartito de izquierdas deberá afrontar cuestiones que el Ejecutivo liderado por Jordi Pujol deja pendientes respecto a la integración de la cultura musulmana en el ámbito escolar. Así, el Consejo Islámico de Cataluña lleva más de tres años negociando con la Generalitat que las escuelas con un número significativo de alumnos de familias musulmanas puedan impartir una asignatura de Lengua y Cultura Árabe, preferiblemente en el horario de la clase de religión. En el departamento de Enseñanza saliente siempre han subrayado "su voluntad de cumplir con la petición, aunque el asunto está muy verde".

Josep Bargalló, el nuevo consejero de Enseñanza del Gobierno catalanista y de izquierdas de Pasqual Maragall, adelantó a este periódico que el nuevo Ejecutivo llevará adelante su "compromiso de laicidad de la práctica religiosa en las escuelas, porque estas cuestiones han de quedar en el ámbito de la familias o las instituciones religiosas". Para Bargalló, la política de integración de alumnado de procedencia inmigrante y de diferentes culturas "será uno de los temas prioritarios". "Se dedicará mucho esfuerzo para que esta integración vaya más allá de Enseñanza y se trabajará también con Bienestar Social. El esfuerzo debe llegar incluso a la planificación urbanística", afirmó Bargalló.