La agencia europea orienta su nave espacial hacia Marte
El centro de control de vuelo de la nave espacial europea Mars Express cumplió ayer satisfactoriamente la maniobra de redirección del vehículo, colocándolo ya en su trayectoria correcta hacia Marte para situarlo en órbita allí. Esta maniobra era necesaria tras impulsar el pasado viernes el módulo de descenso Beagle 2 que llevaba adosado y que ahora se dirige hacia el suelo del planeta rojo. Tanto la nave como el módulo deben llegar a destino en la madrugada del próximo día 25 de diciembre.
La misión Mars Express, la primera que realiza a Marte la Agencia Europea del Espacio (ESA), partió de la Tierra el pasado 2 de junio y los dos artefactos que la integran han viajado unidos durante seis meses, recorriendo 400 millones de kilómetros. Como el Beagle 2 carece de medios propios de propulsión para maniobrar en el espacio, la Mars Express hizo de nave nodriza y varió ligeramente su rumbo para apuntar el módulo hacia la superficie de Marte, quedando después en trayectoria de colisión con ese planeta. La variación de rumbo se hizo el pasado día 16. Tres días después, el Beagle 2, impulsado suavemente por un muelle que iba comprimido, abandonó la Mars Express para dirigirse directamente al suelo marciano.
Nuevo rumbo
Como la Mars Express tiene que quedarse dando vueltas alrededor de Marte, los responsables del control de vuelo, que operan desde Alemania, modificaron ayer de nuevo el rumbo transitorio que había tomado para impulsar el módulo y quedó correctamente dirigida hacia un punto a 400 kilómetros de altura sobre la superficie de Marte, donde tiene que insertarse en órbita.
Todas estas maniobras finales de aproximación al lugar de destino son extremadamente arriesgadas, porque un mínimo fallo puede destruir la misión y apenas hay tiempo para hacer correcciones si se produce un error.
La nave europea lleva siete instrumentos científicos avanzados, incluida una cámara de altísima resolución, con los que tomara datos de la atmósfera de Marte, así como su estructura, geología y composición. Un experimento específico buscará el rastro del agua incluso en el subsuelo. Una vez que esté colocada en órbita de trabajo allí y se hayan verificado y calibrado todos los equipos, la sonda empezará a trabajar y está previsto que funcione al menos un año marciano, que equivale a 687 días terrestres.
La Mars Express, que ha viajado hasta Marte con el impulso que dio el cohete lanzador en la tierra, lleva paneles solares para alimentar de energía los instrumentos de a bordo y los sistemas de comunicación, además de los pequeños propulsores de maniobra. La Beagle 2, con sus propios experimentos a bordo, debe utilizar también pequeños paneles solares, pero van ocultos y sólo se desplegaran una vez que esté en el suelo marciano. Por ello viaja con todos los equipos apagados.
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