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La sonda europea 'Beagle 2' inicia la recta final hacia el suelo de Marte

El módulo de descenso se separa de la nave 'Mars Express', en la que ha hecho el viaje

La sonda espacial europea Beagle 2 navega ya en solitario hacia el suelo de Marte. Tardará seis días en recorrer los cinco millones de kilómetros finales de su viaje, para caer en la superficie del planeta vecino en la madrugada del próximo día 25. La arriesgada maniobra de separación del módulo de descenso de la nave Mars Express, de la Agencia Europea del Espacio (ESA), se realizó ayer por la mañana, tras un viaje desde la Tierra de 400 millones de kilómetros recorridos en seis meses. Mars Express es la primera misión europea al planeta rojo.

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"Un buen trabajo de equipo (de la ESA, de la industria y del grupo de Beagle 9) ha logrado culminar con éxito uno de los pasos más críticos de la misión. Marte: ¡ahí te va Europa!", dijo ayer David Southwood, director científico de la ESA. El éxito de la maniobra de separación del módulo de descenso fue saludado por los responsables del programa y los eufóricos expertos británicos que han construido la Beagle 2, bautizado en honor del barco en el que Charles Darwin realizó su histórico viaje de 1831 a 1836.

Desde ayer, la nave y el módulo europeos viajan separadamente y llegarán a la vez, el 25 de diciembre, a Marte: la primera para colocarse en órbita del planeta y el segundo para caer en su superficie.

El Beagle 2 es un artefacto pequeño, de 68 kilos, que va plegado en configuración de vuelo como una ostra del diámetro de una rueda de bicicleta, y que debe desplegarse en el suelo marciano exponiendo sus instrumentos científicos, sus cámaras y sus paneles solares.

Señal positiva

La separación de Mars Express se produjo a las 9.31 hora peninsular, encendiéndose un sistema pirotécnico que liberó el muelle que impulsó suavemente el Beagle 2 desde la nave nodriza. La primera señal positiva de la maniobra se recibió en la Tierra a las 9.42 y a las 10.10, Mike McKay, director de vuelo de la misión en el centro de control (ESOC), de la ESA en Darmstadt (Alemania) confirmó que los dos artefactos se habían separado. Poco después, la Mars Express envió una fotografía de la sonda alejándose, una imagen de baja calidad pero insólita en la exploración espacial con robots.

La maniobra mantuvo en tensión a todos los expertos por el riesgo que tenía. Tras un viaje interplanetario de seis meses recorriendo 400 millones de kilómetros a una velocidad media de 10 kilómetros por segundo (la Mars Express con el módulo sujeto partió de la Tierra el pasado 2 de junio), podían haberse atascado los dispositivos de sujeción o el muelle que impulsó el módulo de descenso para iniciar su ultimo tramo de viaje, en solitario.

Como el Beagle 2 no lleva sistemas propios de propulsión, había que ponerlo en su trayectoria correcta hacia el suelo de Marte. La entrada en la atmósfera no puede ser ni muy vertical porque se quemaría, ni muy inclinada, porque podría pasar de largo y no descender. Para apuntar bien el Beagle 2 hacia la diana elegida como zona de descenso (Isidis Planitica, cerca del ecuador marciano), los responsables de vuelo en ESOC ajustaron debidamente la trayectoria de Mars Express el pasado día 16.

El módulo europeo, diseñado para que funcione en Marte al menos 180 días, es estático, a diferencia de los vehículos todoterreno de la NASA que llegarán al planeta rojo en enero. Pero lleva excelentes instrumentos científicos, un brazo articulado para realizar análisis a su alrededor y cámaras estéreo.

El Beagle 2 realizará análisis químicos y geológico, así como observaciones meteorológicas. Pero, sobre todo, intentará encontrar algún rastro de vida pasada en Marte, centrándose en la búsqueda de agua y de residuos orgánicos.

La sonda ha costado casi 80 millones de euros y ha sido financiada por el Reino Unido, con una ayuda de la ESA.

Navidades rojas

Nunca se habían concentrado en un planeta fuera de la Tierra tantas naves espaciales como está previsto ahora en Marte. Las primeras en llegar deben ser las europeas Mars Express (cuya inserción en órbita allí está prevista para el próximo día 25) y el módulo de descenso británico Beagle 2. Después, para el 4 de enero, está planeada la llegada al suelo del planeta rojo del primero de los vehículos todoterreno gemelos de la NASA, el Spirit, mientras que el segundo, el Opportunity, lo hará 20 días después. Para miles de personas, estas navidades, más que blancas, van a ser rojas.

Esta nueva flota de exploración científica se suma a las dos sondas en órbita de la NASA que llevan allí algunos años: la Mars Global Surveyor (que llegó en 1997 al tiempo que la histórica Mars Pathfinder) y la Mars Odissey, que llegó en 2001. Ambas están en órbita fotografiando el suelo y estudiando la composición del planeta y su meteorología, pero asumirán funciones críticas de comunicaciones y asistencia para las naves recién llegadas.

A la cita de este año, sin embargo, faltará otro artefacto con el que se contaba, aunque con muchas dudas. Se trata del Nozomi japonés, que intentó la aproximación a Marte en 1999, pero erró la inserción en órbita en aquella ocasión y siguió de largo. Tras varias maniobras, los japoneses lograron redirigirla al planeta rojo para la cita de principios de 2004, pese a que la nave tenía ya muy poco combustible. El pasado día 9, debido a problemas de comunicación con la Nozomi, no fue posible colocarla en órbita marciana y los expertos nipones dieron la operación por perdida.

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