MIGUEL GONZÁLEZ | Bagdad
"Aquí no se permite llorar. Treinta y cinco años hemos estado llorando. ¿No es ya bastante?", regaña el jeque a las mujeres de su harén, desoladas ante la tinaja hecha pedazos. El público aplaude entusiasmado cada vez que una morcilla en el texto de Luigi Pirandello evoca la situación del país.
Es el festival musical más exclusivo del mundo. Y no se trata de que los organizadores busquen un público elitista, sino de que se celebra al sur del Sáhara, lejos de los destinos turísticos convencionales. El Festival del Desierto es la versión moderna de las ancestrales reuniones de los tuaregs, donde se concertaban matrimonios, se hacían carreras de camellos y se intercambiaba información. Ahora un disco refleja el sabor único de esa cita.